Irene Rosales está pasando unos días difíciles después de someterse recientemente a una operación de pecho cuya recuperación está siendo un tanto complicada. Como consecuencia de ello, la mujer de Kiko Rivera se ha visto en la obligación de ausentarse de su puesto de trabajo en el programa de televisión 'Viva la Vida' hasta que encuentre mejoría.
Además, su necesidad de guardar reposo ha coincidido con el viaje de Kiko Rivera a Nepal para grabar un nuevo programa de 'Planeta Calleja' que, debido a un contratiempo, ha tenido que prolongarse durante unos días más de lo previsto. No es de extrañar que la modelo se sienta más sola de lo habitual y recuerde a su madre.
Unos días después de la intervención, Irene Rosales ya comenzó a sentirse mejor y a salir a la calle donde, una vez más, ha lamentado la pérdida de su progenitora. "Primer paseo después de muchos días y es increíble cómo echo de menos a mi madre porque siempre lo hacía con ella a esta hora", ha contado a sus seguidores en una historia de Instagram.
Dos golpes muy duros
El 6 de febrero de 2021 se cumplió un año desde que falleció la madre de Irene Rosales, Mayte Vázquez con 58 años, tras detectarle un cáncer que no pudo superar. Nueve meses después, murió el padre de la colaboradora tras 16 años luchando contra un tumor cerebral. Ambas pérdidas dejaron un gran vacío en su hija que le ha costado mucho superar.
Aunque la mujer de Kiko Rivera sigue visiblemente afectada, cada vez se hace más llevadera la ausencia de sus padres gracias al amor de su familia y la pasión que tiene por su trabajo. Sin embargo, en momentos difíciles, salen a relucir los recuerdos que compartía con ellos y es cuando los bajones llaman a la puerta.