La madrileña entró en el reality llena de inseguridades por motivos muy diversos. Por un lado, su cambio de rol en la pequeña pantalla pasando de ser presentadora a concursante, algo que ya comentó que la gente vería con malos ojos pero que para ella era una experiencia más que no determinaría su profesionalidad. No obstante, el miedo a las críticas estaba ahí. También el hecho de estar encerrada en una casa e incomunicada era para ella otro de los grandes hándicaps debido a su problema de claustrofobia. Además los conflictos que se produjeron con Hugo Castejón en su corta estancia también minaron gravemente su actitud.
Unos hechos que hicieron que los primeros días de convivencia fuesen especialmente duros: "Durante tres o cuatro días sí que tuve que tomar ansiolíticos", confesó en la mencionada entrevista. "Vino a verme la psiquiatra y me dijo que si sentía que me ahogaba lo tomara, necesitaba estar más tranquila". Eso sí, también apunta que este medicamento era "muy flojo" para simplemente conseguir controlar su ansiedad, algo que fue imperceptible para la audiencia.
Los duros momentos que marcaron su vida
Esta no fue la única confesión de Irene Junquera durante su entrevista más sincera. También contó que tiene un tumor benigno en la cabeza que le obliga a estar medicada de por vida. Un hecho que ha determinado enormemente su actitud, como la decisión de participa en 'GH VIP' que para ella era una ilusión más que una forma de trabajo y ganar dinero. Otra de los momentos que marcaron a la exconcursante fue un accidente que sufrió cuando tan solo era una niña y puso su vida en stand by durante un tiempo: "Con ocho años tuve un accidente en una atracción y me lesioné la espalda. Pasé dos años con un corsé. A los diez años me operaron y estuve tres meses inmovilizada".