Amy Winehouse protagonizó una de las muertes más impactantes de 2011 tras aparecer sin vida en su casa del barrio londinense de Camden el pasado 23 de julio. Tras su fallecimiento, raro era el día en el que no aparecieran numerosas informaciones sobre la que fue la reina del soul.
El máximo responsable judicial del caso que afecta a Winehouse y esposo de Greenawey, Andrew Scott Reid, ha comunicado que la asistente del forense no contaba con los cinco años de experiencia necesarios en el sistema judicial británico para ejercer su labor.
Por su parte, Reid ha apuntado que es probable que se tenga que reabrir la investigación, hecho que ha comunicado a las 30 familias que testificaron, entre ellos Mitch y Janis Winehouse, padre de la finada, que se han mostrado molestos por la noticia y con ganas de que el asunto se resuelva.
La muerte de Amy Winehouse, ¿un misterio resuelto?
Según había revelado en Londres Suzanne Greenaway a finales del octubre pasado, Amy Winehouse murió por una causa accidental y tenía 416 mg de alcohol por cada 100 ml de sangre. Esta alta tasa, que supera en 4,5 veces la tasa legal permitida para conducir, fue fatal para la diva del pop, que según el informe publicado llevaba tres semanas sin beber alcohol.
Los resultados de la investigación refutaron la versión mantenida por la familia Winehouse, que tras conocer las pruebas toxicológicas en agosto enviaron un comunicado para señalar que no había sustancias ilegales en el cuerpo de Amy. "Los resultados de la pruebas toxicológicas han confirmado que no había ninguna sustancia ilegal en el cuerpo de Amy en el momento de su muerte", rezaba el comunicado.