Lady Gaga sigue fiel a su excentricidad, algo que la ha hecho popular y querida por sus millones de fans. Desde que se hizo oficial su relación con Taylor Kinney, la cantante parece estar mucho más centrada que antes, sin embargo no sería Gaga si no fuese por sus ataques y arrebatos de locura. Lo último ha sido la cifra de los asistentes a su boda.
Más detalles de la boda de Lady Gaga
Otros detalles de la boda de Gaga con Kinney son el anillo, una pieza igual de excéntrica que la cantante, comprada en una joyería de Chicago. Una alianza con la que todavía Gaga no se ha dejado ver.
El vestido podría estar confeccionado por la hermana de la cantante, Natali Germanotta, una de las diseñadoras con más prestigio en la actualidad. Aunque se desconoce el corte o el color, todas las apuestas están a favor de que el modelo seguirá en línea con el estilo que mantiene Gaga desde hace años. Otro que también puede crear el vestido de novia para Gaga es Armani, el diseñador de todas las prendas de su nueva gira mundial.
Después de la crisis viene la boda
No hace mucho tiempo Taylor acusaba a su novia de ser demasiado extravagante, algo que no le gusta para nada. Gaga, al parecer, mantiene su raro comportamiento de puertas para adentro, en su intimidad, algo que Kinney no soporta, y la pide que sea la chica de la que se enamoró y que deje a un lado el papel que interpreta para sus fans.
Gaga, por su parte, cedió en lo que pudo en las peticiones de su novio, pero habría que tener en cuenta que Taylor ya sabía de quién se enamoraba y cómo era su pareja, algo por lo que no debería recriminar a la cantante.