El intento desesperado de Kim Kardashian por salvar su matrimonio con Kanye West

Ahora que ya han vuelto del viaje, una fuente ha comentado a la revista People que "tuvieron una buena semana" y que "Kim y Kanye se llevan bien, parecen más felices". Ahora la pareja seguirá disfrutando de unos días juntos con unas vacaciones en Colorado, muy cerca de Wyoming, lugar en el que supuestamente lleva afincado el rapero desde hace un tiempo: "Kanye está disfrutando del tiempo en familia" y esto le está también viniendo muy bien porque "está en una buena posición y se siente inspirado".

El pasado sábado 8 de agosto el propio West compartió en su perfil de Twitter un divertido vídeo en el que se muestra feliz como hacia tiempo que no se le veía. En el clip se puede ver al rapero saltar del coche el movimiento gritando: "¡Es viernes!", mientras comienza a bailar de forma divertida. Su hija North se une a él mientras Kim Kardashian lo graba todo y se ríe a carcajadas. Un divertido momento familiar que demuestra que las cosas se han relajado mucho entre ellos, a diferencia de las fotografías que habían visto la luz durante su primer encuentro en el que la empresaria no podía dejar de llorar.

Las cosas se empezaron a complicar cuando Kanye West contó públicamente -durante su primer acto político en su carrera hacia la Presidencia de los Estados Unidos este 2020- que había animado a Kim Kardashian a abortar cuando se quedó embarazada de su primogénita, North West. Todo fue a peor cuando, horas más tarde, comenzó a tuitear compulsivamente cosas contra su propia familia.

"Kim nunca venderá un vídeo pornográfico de North"

"Aseguro por mis hijos que la madre de North nunca venderá su video pornográfico", haciendo alusión al vídeo que hizo a su mujer saltar a la fama. "Kris [Jenner] no juegues conmigo. Tú y tu calma no sois bienvenidos en torno a mis hijos. Estáis intentando encerrarme". Y la cosa no se quedó ahí: "A Dios pongo por testigo que la madre de North nunca le sacará fotografías haciendo una sesión para PlayBoy", otro hecho que si hizo en su día Kris Jenner con Kim Kardashian. "Estoy en el rancho, venid a por mí".

Y continuó: "Kim está intentando traer a un doctor para encerrarme", "Si me encierran como a Mandela, ya sabréis porqué fue", "Kris y Kim me están llamando", "Los niños West nunca harán PlayBoy", "Amo a mi mujer. Mi familia tendría que vivir conmigo. No estoy para E! o NBC nunca más", "Kim están intentando volar hasta Wyoming con un doctor para encerrarme como en la película 'Get Out' porque ayer lloré por querer salvar la vida de mi hija". Unas publicaciones de Twitter que posteriormente fueron eliminadas y sustituidas por una disculpa a su esposa: "Me gustaría disculparme con mi esposa Kim por hacer público algo que era un asunto privado. No la protegí como ella me protegió a mí. Sé que te he hecho daño. Por favor, perdóname. Gracias por estar siempre ahí".

Por su parte, Kim Kardashian solamente rompió su silencio públicamente para hablarle a los millones de seguidores de Instagram acerca del problema que tiene su marido, el trastorno bipolar. "Aquellos que entienden las enfermedades mentales o incluso el comportamiento compulsivo saben que la familia no tiene ningún poder salvo que sea un menor", explicó: "La personas pueden juzgar y no entender que la persona tiene que tomar la propia decisión de recibir ayuda, sin importar lo mucho que lo intenten sus familiares y amigos". Unas palabras con las que parecía explicar cuál era el verdadero problema de la familia: Kanye West no quiere recibir ayuda sobre su trastorno de bipolaridad.

No es la primera vez que están a punto de divorciarse

Un problema que no es la primera vez que estuvo a punto de poner fin a los Kardashian-West. Cuando la pareja se encontraba esperando a su cuarto hijo, Psalm, Kanye West anunció públicamente que se mudarían a Chicago, su ciudad natal, sin antes hablarlo con su mujer. Esto generó un gran dilema familiar y la propia Kim Kardashian llegó a reconocer delante de las cámaras del reality familiar 'Keeping Up With The Kardashians' que ya no sabía si podría seguir adelante con su matrimonio y que no tenía mucho más que ofrecerle a su marido.