Keira Knightley ha vuelto ha hablar sobre su vida y su carrera profesional. Ya confesó que sufrió estrés postraumático por culpa de la fama cuando solo tenía 20 años. Ahora, en una entrevista para Balance Magazine, ha confesado otros momentos que han marcado su vida : una crisis a los 22 años, la maternidad y su matrimonio con el músico James Righton.
La actriz volvió a hablar de los problemas que sufrió desde los 20 años por la industria del cine, por lo que tuvo ciertos problemas de salud mental, acudiendo incluso a hipnoterapia: "Mirando hacia atrás, todo el período entre los 19 y los 23 años es un gran borrón. No lo recuerdo de forma lineal porque creo que mis mecanismos de defensa estaban activándose y cerrándose un montón". Pero la verdadera crisis llegó cuando tenía 22 años: "Mi mundo se estrelló cuando tenía 22 años. Todo dejó de funcionar y sentí como si me rompieran en pedazos pequeños, como si mi cerebro estuviera literalmente destrozado".
Después de este momento, Keira Knightley se tomó un año sabático, en el cual estuvo viajando por muchos lugares: "Había un gran interrogante sobre si alguna vez volvería al trabajo, pero siempre me ha gustado actuar, estaba luchando con todo lo que conlleva eso. Estaba en un momento de mi vida en el que todavía me estaba convirtiendo. Como la mayoría de los jóvenes, no había descubierto quién era".
Vida en familia
Keira Knightley también tuvo ocasión de hablar sobre la maternidad. La actriz, que tiene una hija de tres años llamada Edie, reconoce que la maternidad no es nada fácil: "No creo que le demos a las mujeres suficiente crédito por el maratón físico y emocional que atraviesan cuando se convierten en madres. No significa que no quiera a mi hija, pero la falta de sueño, los cambios hormonales, el cambio en la relación con mi pareja, son cosas que me hacen sentir como si estuviera fallando. Tengo que recordarme a mí misma que no he fallado, solo estoy haciendo lo que puedo hacer, pero no es fácil".
Reconoce que las cosas con la pareja cambian después de tener un hijo, pero la actriz tiene claro que el apoyo y la confianza que recibe por parte de su marido es increíble. Pese a las dificultades que vivió al principio de su carrera, Keira Knightley es una gran actriz y una gran mujer que nunca se rinde.