Si la vida de Lindsay Lohan da para una película, sus últimas 48 horas bien pudieran merecer una aparte. Como ya os contamos, la actriz perdió el pasado jueves la libertad condicional al incumplir la condena impuesta.
El viernes, su segunda jornada de trabajo parece haber deparado muchas más sorpresas. Llegó, esta vez sí, pronto al depósito de cadáveres y con buena predisposición hacia sus compañeros... hasta que vio el primer cuerpo sin vida. Acto seguido, cuentan, Lindsay salio corriendo al baño con cara de terror.
Lindsay Lohan compró 36 pastelitos para pedir perdón
El representante de Lindsay declaró a TMZ que "Lindsay pidió a su asistente que encargara comida sobre las 10:30 de la mañana. A las 11:00, su asistente apareció con los almuerzos y los dejó en una mesa para que los voluntarios comieran durante su descanso. Además, Lindsay encargó pastelitos para los empleados y voluntarios. Cuando iban a ser entregados, los supervidores de la morgue no los aceptaron. Es lamentable que las acciones bien intencionadas de Linday no se tuvieran en cuenta con la misma buena fe que ella puso".
Y tal y como entró, Lohan regresó el viernes a casa, perseguida por los paparazzi. Estamos ansiosos por ver qué le deparará su segunda semana en su peculiar nuevo trabajo.