La Marquesa de Griñón y la exmujer del que fue novio de su madre se vieron las caras en un viaje a Francia.
París se ha convertido en el punto de encuentro en la familia Vargas Llosa, y es que la admisión de Mario Vargas Llosa como miembro de la Academia Francesa en el Instituto Francés de París fue un acontecimiento a la altura para que sus hijos y parte de sus nietos se reunieran y no quisieran perderse dicho momento. Tampoco se lo perdió Patricia Llosa, quien en las últimas semanas había estado muy cerca de su exmarido después de romper con Isabel Preysler.
Tras esta aparición pública en el acto de ingreso se ha confirmado lo que era un secreto a voces, la reconciliación del escritor con su exmujer, algo de lo que se hizo eco su hijo Álvaro a través de su cuenta de Twitter. Lo cierto es que hasta París no viajaron juntos, sino que su ya pareja quiso ser discreta y viajó en un vuelo diferente al del premio Nobel de Literatura. Y fue el destino el que quiso unir en el mismo vuelo a Patricia Llosa y Tamara Falcó, que viajó a la capital francesa en el mismo avión que ella. Una incómoda coincidencia. La Marquesa de Griñón se reunió con el equipo de la firma Sophie et Voilà en la feria internacional de telas, en busca de ideas para su vestido de novia, pero seguro que lo que no se esperaba la hija de Isabel Preysler era toparse con la ahora enemiga de la socialité.
Ha sido el periódico El Mundo el que se ha hecho eco de esta noticia, contando que Tamara Falcó y Patricia Llosa coincidieron en el mismo vuelo rumbo a París y se sentaron a escasos metros, aunque eso sí, no se miraron en ningún momento a la cara. El vuelo duró poco más de dos horas, dos horas que ambas seguro que vivieron con mucha incomodidad porque se trató de un encuentro embarazoso. La felicidad del escritor con su exmujer
Mientras, los hijos de Mario Vargas Llosa están más que felices por la reconciliación de sus padres, porque en ningún momento llegaron a aceptar su relación con Isabel Preysler. Asimismo, el que mejor relación llegó a tener con la socialité fue Álvaro, y llegaron a hacer gala de su cordialidad en la grabación de la serie documental del escritor, algo que ha cambiado en poco tiempo, porque es él el que más está contando lo felices que son ahora sus padres.