Como él mismo cuenta ahora en cuenta de Instagram con unas llamativas imágenes, ha tenido que recibir cuatro sesiones en una cámara hiperbárica, tomar corticoides y antibióticos entre otras cosas para hacer frente a este revés en su salud. Esto ha truncado totalmente sus planes y hará que tenga que disfrutar del resto del viaje con importantes dificultades incluso para comer, ya que una inflamación en la garganta hace que "cada bocado que me meto es como un cuchillo", reconoce.
Algo que, pese a todo, lo que no ha hecho que pierda es su característico sentido del humor del que ha hecho uso para contar lo que le ha ocurrido a través de sus redes. El presentador puso todo de su parte para no desaprovechar el viaje: "Pude visitar a rastras el Macchu Picchu chutándome oxígeno cada diez minutos", confiesa.
Un edema pulmonar
Pero esto no se queda aquí y es que el 'plannig' de su viaje no era para nada relajado y, en su estado, todo lo que le queda pendiente por hacer se convierte en una aventura todavía mucho más complicada. Tanto, que asegura que esto puede ser los último que haga en su vida: "Me quedan por coger varios vuelos este viaje. ¿Algún mensaje en especial para vuestros seres queridos? Recordad que os llevo en mi corazón", decía así de nuevo en clave de humor para hacer frente a la situación.