A pesar de que ya no estén juntos, tiene una relación amigable y cordial por el bien de los dos hijos que tienen en común.
Iker Casillas y Sara Carbonero han sabido demostrar desde el anuncio de su separación que tienen una relación más que cordial y que harán todo lo que esté en sus manos para seguir siendo una familia junto a sus hijos Martín y Lucas. Los dos han sabido encajar muy bien este cambio en su vida, siendo discretos pero dando pequeñas pinceladas sobre el vínculo que siguen teniendo.
Fue la misma noche que anunciaron su ruptura cuando compartieron una foto en sus redes sociales enseñando que los cuatro miembros de la familia estaban juntos jugando al parchís, por lo que los encuentros familiares son habituales. También con motivo del cumpleaños del exportero ella publicó un mensaje en las redes sociales, y fue más tarde cuando él mostró en Instagram que estaba celebrando dicho día junto a sus dos hijos y su exmujer. Otro de los frentes abiertos que tenían era la venta de la casa que compraron poco antes de mudarse a Oporto, un increíble chalet que pusieron a su gusto y que adquirieron después de comprárselo a la actriz Lydia Bosch. Pero por suerte ya lo han vendido y tienen una cosa menos de la que preocuparse.
Meses después del anuncio de su separación han sido cazados y fotografiados juntos tal y como adelanta la revista ¡Hola!. El lugar en el que han sido vistos ha sido el nuevo piso en el que vive el exportero, y es esta misma publicación la que ha hecho saber que este encuentro se ha producido para que Sara Carbonero conociera el nuevo hogar de su exmarido, un piso de soltero que ha buscado muy cerca de la casa en la que vive ella con sus dos hijos. Unidos por sus dos hijos
Ambos ya hicieron saber en el comunicado sobre su separación que el vínculo entre ellos no podía destruirse, por eso se podía leer: "Hoy, nuestro amor de pareja toma caminos distintos pero no lejanos puesto que continuaremos juntos en la maravillosa tarea de seguir siendo padres dedicados, como hasta ahora lo hemos hecho. Es una decisión muy meditada y que tomamos de mutuo acuerdo. El respeto, el afecto y la amistad permanecerán siempre. Nuestra prioridad es, desde el cariño y el compromiso, compartir el bienestar y la educación de nuestros hijos y protegerlos para que crezcan en un entorno estable y saludable".