Que la felicidad nunca puede ser completa bien lo sabe Iker Casillas, que pese a la estabilidad sentimental que le aporta su novia Sara Carbonero, y de la alegría por el hijo que están esperando, ha vivido un 2013 muy agridulce.
En enero se lesionó la mano, y a sus problemas de salud se sumaron sus diferencias con el entrenador del Real Madrid, José Mourinho, que le condenó al banquillo. Con la llegada de Ancelotti, Iker Casillas volvió a ser titular, pero no para la Liga como él quería, donde fue relegado por Diego López, sino para la Champions, lo que de paso evita que pueda fichar por otro club que dispute esta competición.
Pero más allá de los problemas profesionales ha habido otros personales y económicos que han afectado mucho al de Móstoles. El portero es un hombre muy familiar, y ha sufrido mucho al revocar los poderes que tenían sus padres en la sociedad Ikerca S.L..
Problema resuelto
Como publica El País, Casillas decidió ponerse al frente de sus negocios el mismo, y quitar de ese puesto a José Luis Casillas y María del Carmen Fernández, dedicados a la empresa desde que fue constituida el 21 de septiembre de 2000, es decir, cuando Iker tenía 19 años.
Ikerca S.L. tiene un activo de 13.126.299,38 euros, es una sociedad patrimonial y de imagen, y junto a sus progenitores, Casillas ha invertido en bienes inmuebles y ha gestionado los derechos e ingresos por imagen y publicidad.
Al querer sacar a sus padres, ha tenido que negociar la marcha, que ha terminado por enfrentar a la familia. Pese a todo, el diario informa de que el portero ha dado el 40% del valor de la sociedad que compartían (unos 5 millones de euros), más algunos bienes inmuebles. Parece que ahora todo ha vuelto a su sitio.