El exportero ha contando cuáles son las aficiones de sus hijos y sus planes profesionales a corto plazo.
Iker Casillas ha concedido una entrevista a su amigo Santiago Cañizares en la que ha hablado de su carrera profesional peor también de sus hijos Martín y Lucas, y de ellos ha hablado de la pasión que sienten por el deporte, hasta tal paso que el pequeño de ellos, Lucas, podría seguir los pasos de su papá. Cañizares le ha preguntado si alguno de sus hijos podría convertirse en futbolista como él, a lo que ha contestado: "El pequeño, Lucas, que tiene cuatro años para cinco, está ahora que si quiere guantes, que si quiere pantalones, que si quiere camisetas de portero... Yo le he preguntado que si quiere ir a fútbol y me ha dicho que sí", dijo con cierto orgullo sobre el gusto de su hijo pequeño.
"Tú sabes si tu hijo para o no para, al final nosotros no vamos a engañarnos, a mí no tiene que decirme nadie si para o no, pero es que el pequeño para, le veo como se tira, el gesto que tiene, como cae... Y dices: 'Este sí que se tira bien'", ha añadido, por lo que tiene actitud y muy buena predisposición. Pero a pesar de que le guste la idea de que uno de sus hijos pueda seguir sus pasos, no quiere influirle.
El exportero ha seguido diciendo: "Yo no soy como mi padre cuando yo era pequeño. Como a mí me gustaba el fútbol estábamos todo el día jugando. Me chutaba el balón y me llevaba a un cole a jugar y a mí me encantaba, pero yo, en ese sentido, no soy un padre que incite a sus hijos al fútbol", y ha matizado que su hijo mayor Martín no parece que se vaya a decantar por este deporte: "El mayor, por ejemplo, ha dicho que el fútbol no le llama mucho, que quiere ser atleta, que le gusta mucho correr, porque corre mucho y quiere ser atleta".
Y otro e las preguntas que le ha hecho Cañizares es si cree que hay algo de genética en esta predisposición de su hijo Lucas: "Puede ser, pero igual que lo puede tener más facil porque tiene esos genes y tiene esa manera de caer o lo que sea, también creo que lo tiene mucho más difícil que nosotros, sobre todo, si tu padre ha sido alguien reconocido en el mundo del fútbol porque al final siempre te van a estar comparando. Para ellos también es una presión muy grande a no ser que tenga una personalidad hecha y derecha. Es muy complicado para ellos".
Sea cual sea el camino que elija su hijo, le apoyará siempre: "Si él quiere ser portero, por supuesto que sí le apoyaré, mientras que sea buena persona y elija eso, sabes que tienes una responsabilidad y que no es tan fácil, que luego también si no llegas hay mucha gente que se queda triste". Además, ha comentado que sus hijos aún no son conscientes de quién es su padre: "No tienen ni idea de lo que hice en su día, sí paraba bien, si paraba mal... Ellos saben que a su padre le paran de vez en cuando por la calle y le piden alguna foto, pero poco más. Cuando ven la parada de Robben, en el Mundial de Sudáfrica, siempre me dicen: 'Mira, papá, esa es tu parada favorita'. Pero no tienen ni idea de lo que significa".Con nuevas ilusiones
En cuanto a lo que se refiere a su carrera profesional, cabe señalar que acaba de comenzar una nueva etapa, y ha contado cuáles son sus expectativas en estos momentos: "Me gustaría formarme como directivo, me gustaría cambiar muchas cosas del fútbol. No quiero ser entrenador, no me apetece viajar, ya he viajado mucho y además tengo dos niños pequeños. Después de sufrir el infarto estás un tiempo perdido porque no sabes cómo vas a enfocar tu mundo profesional. Al principio se me hizo muy cuesta arriba, pero ahora estoy centrado en la Fundación Real Madrid".