Tamara Falcó e Íñigo Onieva se dieron el 'sí, quiero' el pasado sábado 8 de julio tras el año más complicado en su relación por la más que sonada infidelidad del novio y la consecuente ruptura tras el compromiso. Una boda que se ha intentado mantener en el más estricto secreto hasta que este lunes 10 de julio viese la luz de forma excepción la revista ¡HOLA!, medio que tenía la exclusiva de la que es sin duda la boda de este año 2023. Los novios posan sonrientes en la portada viéndose así por primera vez el vestido de la Marquesa de Griñón y el traje de su ya marido. Junto a ellos, en pequeño, una foto de la familia de novia bajo el titular "El triunfo del amor".
Entre sus páginas y en su página web la revista ha hecho públicos ya todos los detalles del gran fin de semana que Tamara Falcó e Íñigo Onieva viviendo con sus familiares y amigos para convertirse en marido y mujer. Ríos de tinta corren por el papel y la web contando hasta el más pequeño detalle de cómo fue cada uno de los eventos y todo el significado que escondía cada uno de los elementos que la novia, con la fiel ayuda de su madre Isabel Preysler, y en menor medida el novio habían elegidos para cada momento.
Por supuesto, Tamara Falcó ha querido tener muy presente a su padre, Carlos Falcó, fallecido el pasado 22 de marzo de 2020 en uno de los peores momentos de la pandemia del Coronavirus precisamente tras haberse contagiado de esta enfermedad que le costó la vida a los 83 años. Como ya era sabido, la novia iba a ser acompañada hasta el altar por Manolo Falcó, su hermano mayor, el primogénito de su padre y una figura que cobró todavía mayor importancia para la ahora Marquesa desde que perdiera a su padre.
La presencia del anterior Marqués de Griñón estaba en todos y cada uno de los rincones ya que al celebrarse en El Rincón, el palacio que esta heredó de su padre junto con su título nobiliario. Un lugar en el que Tamara Falcó grandes momentos durante su infancia y primera adolescencia gracias a su padre. Y mientras que ella se preparó en la conocida como la habitación de la 'Tía Paloma', transformada ahora en un enorme vestido, Íñigo Onieva lo hacía en las estancias del Marqués de Griñón, su habitación y su despacho: "En un principio, no quería prestar el cuarto, pero me ha parecido bonito. Me ha hecho sentir como que, de alguna forma, hay un relevo con mi padre ", confesaba la novia a la mencionada publicación.
Carlos Falcó, del menú a la ropa en al gran boda de Tamara
Su padre también estaba presente en los vinos que maridaron durante toda la boda, el 'AAA', la marca de vinos del que fuera Marqués de Griñón, uno de sus proyectos profesionales más especiales en homenaje a sus tres hijas, Xandra, Tamara y Aldara, y cada una de ellas, así como su hijo Duarte, cuentan con un vino propio. El menú, elaborado por Eneko Atxa, había sido también elaborado -cuando fuera necesario- con el aceite de la marca que también había creado su propia madre. Entre los platos principales había pichón en homenaje a Carlos Falcó por su pasión por la caza.
La elección de las copas en las que se tomarían todas las bebidas durante la ceremonia también eran un homenaje a su padre o, más bien, la continuación de una costumbre que este tenía. Se trataban de unas copas de un cristal muy fino que el mismo impuso que se usasen ya en la boda e Xandra Falcó : "La víspera de la boda de Xandra, revisó las mesas y se negó a que los vinos se sirvieran en las copas que había. 'Tienen que ser Riedel'", recuerda Tamara Falcó: "Los del catering, claro, se pusieron a temblar. Es austríaca, muy reconocida en el mundo del vino por su cristal fino. Xandra se encontró con el representante de la firma en España y le dijo que, en honor a mi padre, le encantaría regalarnos las copas de la boda". Así que, para su boda, esta no dudó en poner las copas que habría elegido su padre Eso sí, lo hizo con tiempo, claro.
Carlos Falcó estaba presente hasta en la ropa, concretamente en los trajes que llevaba los pajes de la boda, Miguel y Mateo, sobrinos de la novia. Se trataba de unos trajes de estilo campestre austríaco, algo que al Marqués de Griñón le encantaba y le parecía muy elegante, de la firma Amaia Arrieta London, una firma española afincada en Londres y elegida en varias ocasiones por la propia Kate Middleton para vestir a sus hijos en varios eventos de la Familia Real británica. Sin duda un toque que elevó esta boda al más puro estilo royal.