Que Julia Roberts sea considerada como uno de los emblemas más destacados del estrellato cinematográfico es una verdad que bien podría catalogarse como universal. Una carrera de casi 30 años como actriz, su participación en más de 40 películas y la obtención de una gran lista de premios avalan su poderío en la alfombra roja y, como no, en la prestigiosa gran pantalla.
Y es que desde su primera interpretación en 'Firehouse' con apenas 20 años, no hay duda de que su trayectoria ha ido tanto nutriéndose como generando un constante cambio. Un afán por mostrar sus dotes sobre el set que parecían venir desde su más tierna infancia, ya que tanto su padre como su madre habían dedicado su juventud al mantenimiento de un taller de interpretación, y que ha hecho que Roberts adquiera una categoría singular y envidiable en este complicado mundo profesional.
Aún así, pasen los años que pasen y a pesar de los diferentes papeles que encarna, Roberts siempre será recordada como la eterna 'Pretty Woman'. Un trabajo que vino tan solo tres años después de su debut y que ha hecho que su nombre suene bien alto tanto en Hollywood como en el resto del planeta.
Sin duda, un 1990 que marcó la vida de esta actriz estadounidense y que le ha conducido, con el tiempo, hasta gigantes como Ocean's Eleven y 'Blancanieves'. Pero ya no solo el trabajo ha hecho que las perspectivas y el día a día de Roberts cambien, sino que también en el ámbito personal se han experimentado una serie de acontecimientos que han hecho madurar aún más a esta estrella del cine.
Directa al paraíso
Desde la muerte de su padre, de su madre y de su hermana Nancy hasta el nacimiento de sus tres pequeños. Y es que la vida sentimental de la intérprete tampoco parece haber sido fácil. Relaciones fallidas y un divorcio con Lyle Lovett que terminaron encontrando cierta estabilidad a principios de siglo, cuando la actriz contrajo matrimonio con el camarógrafo Danny Moder.
Es con él con quien en la actualidad vive una de las mejores etapas de su vida. Tres hijos en común y una privacidad de la que se han hecho eco ya lugares como Nuevo México, Hawai o Manhattan.
Rincones del mundo que ya guardan entrañables recuerdos familiares de los Moder Roberts y que desde el año pasado también se encuentran sujetos al cambio. La razón se encuentra en la necesidad que ha invadido a esta madre de 48 años de deshacerse de una de sus villas más impresionantes y acogedoras.
La Bahía de Hanalei, un entorno paradisíaco
Se trata de una casa que se encuentra bañada por el Océano Pacífico y que, hasta el momento, solo ha sabido brindar a la familia felicidad y mucho cariño. Una vivienda de la que prefiere prescindir y que en la actualidad se muestra también deseosa por encontrar un nuevo dueño.
La costa norte de Kauai, y más concretamente la famosa Bahía de Hanalei (Hawai), fue la localización que Julia Roberts y su marido Danny Moder escogieron en 2011 para ver crecer a sus tres retoños, Daniel, Hazel Patricia y Phinneaus.
Un lugar ídilico en el que poder respirar aire puro y contemplar sus increíbles paisajes que, como suele ser habitual en la mayor parte de las celebrities, tuvo también que convivir con otras localizaciones repartidas por América. Esta en concreto fue adquirida hace 5 años por el precio de 14 millones de dólares y seguramente se trate una de las que más historia albergue en todo su terreno.
El pequeño edificio se levanta nada más y nada menos que sobre una antigua e histórica plantación de plátanos y azúcar. El terreno fue comprado en 1915 por Hans Peter Faye, quien se encargaba del mantenimiento y desarrollo de dicho cultivo.
'Faye Estate', naturaleza en estado puro
Así, en la actualidad, el nombre con el que se conoce comúnmente a la casa no podía ser otro que 'Faye Estate', en honor a su primer dueño y administrador. Sin embargo, la vivienda en sí nacería unos años más tarde de su correspondiente adquisición y explotación, concretamente en 1946. Ya por aquel entonces su función principal dejó de ser relevante y permitió al hijo de Faye la construcción de la casa.
Desde entonces, su imagen ha ido pasando de dueño en dueño hasta caer en manos de la idolatrada Julia Roberts. Es imposible cuestionar el gusto de la actriz al hacerse con una mansión de este tipo, en un rincón tan apacible y paradisíaco como éste.
Una 'casita' que se expande sobre un total de 408 metros cuadrados y que se encuentra dispuesta en dos plantas diferentes. Techos altos, decoración tropical y una pureza incalculable son algunos de los detalles que más caracterizan el misterioso interior de este rinconcito hawaiano.
Casi dos hectáreas de superficie donde lo que más llama la atención es la tranquilidad de sus vistas y de su jardín exterior. Una panorámica que abarca desde la preciosa Bahía de Hanalei hasta las montañas de Kauai y que quedan perfectamente visibles desde el punto más alto de la casa.
Con Chuck Norris y Mark Zuckerberg como vecinos
También es importante destacar la situación en la que se encuentra 'Faye Estate'. Tan solo 200 metros es la distancia que, hasta entonces, separaba a Julia Roberts de una privilegiada y exclusiva zona privada de playa virgen. Seguramente, un lugar cómplice de numerosos y tiernos momentos de la actriz junto a sus hijos.
En lo que respecta a las instalaciones, la mansión se encuentra provista de siete habitaciones, cuatro cuartos de baño, una cocina amplia y completamente equipada, una pequeña casa de invitados al lado de la vivienda principal y grandes terrazas donde admirar el horizonte del Pacífico.
Sin duda, un espectáculo visual donde la naturaleza se alza como la principal protagonista y del que también pueden disfrutar rostros como Chuck Norris, Mark Zuckerberg (fundador de Facebook) y James Jannard (creador de la marca Oakley). Célebres rostros mundiales que también se han hecho con propiedades en la bahía y que han convivido durante 4 años con Roberts en calidad de vecinos.
En busca de un comprador
Tarde o temprano, todo llega a su fin. Y en este caso, el disfrute de ''Faye Estate' también parecía venir con fecha de caducidad. Fue en la privamera de 2015 cuando la pareja decidió poner en venta su mansión de Hawai, con un precio inicial de 30 millones de dólares.
Tras varios intentos fallidos y un enganche poco llamativo para sus compradores, Roberts y Moder se han planteado rebajar su valor en varias ocasiones hasta alcanzar los 21,5 millones en la actualidad. Asimismo, han llegado incluso a poner a disposición de quienes lo deseen el alquiler tanto de su vivienda principal como de su casa de invitados, siendo 1.5000 dólares el precio por noche de la primera casa y 350 el de la segunda.
No se sabe aún si fue la lejanía o la máxima tranquilidad lo que llevó a Roberts a tomar esta triste determinación. Sin embargo, parece ser que esta pequeña isla no le proporcionaba a la actriz todos los placeres que le hubiera gustado tener. En la actualidad, la pareja ha decidido instalar su vida principalmente en Malibú y en Nueva México. Es en este último lugar, donde Roberts posee un típico rancho de la zona, donde la intérprete asegura sentirse ella misma.
" Es tranquilo y eso es un alivio. Siempre digo que no se puede estar de mal humor aquí ", aseguró en una entrevista con Oprah. Pero hasta aquí no llega todo. Parece ser que la pareja ha decidido ahora ponerse manos a la obra y deshacerse de todo aquello que ya no quieran tener, como también ocurre con el apartamento que Moder posee en Manhattan y el que actualmente vende por 5,35 millones de dólares. ¿Quienes serán sus nuevos compradores? Tendremos que esperar para conocer sus rostros...