Expresiones que, en realidad, el propio diseñador tenía en su interior. Ocultas pero en su interior. O al menos eso le gusta pensar a la gente que lo considera un ser humano como el resto de mortales (a pesar de todas las polémicas en vida). El alemán luego reconvertido en francés por imperativo nunca abandonó esa frialdad de su tierra natal pero algo se le pegó de todo aquel que le rodeaba, los europeos más sentidos y pasionales. Por eso Lagerfeld, aún que pocas veces lo contase, también tuvo sus grandes amores. Hombres que fueron y vinieron dejando huella y otros que se quedaron incluso para llorar su pérdida.
Jacques de Bascher, el amor nunca consumado de Lagerfeld
Pocas veces articuló palabra sobre el hombre que marco su vida sentimental. Un joven que se identificaba como francés con tal solo mirarlo. "Era el diablo hecho hombre con cara de Garbo. Era la persona que más me divertía, mi opuesto, imposible, odioso. Era perfecto". Así lo describió él mismo ante la libreta de Marie Ottavi, la biógrafa del propio Bascher. El diseñador conoció a este joven poco después de empezar su exitosa carrera como diseñador en Frendi, en los años 70. El káiser se enamoró de él casi a primera vista; y el otro, hizo lo propio con la fortuna que este ya amasaba y la vida que le prometió el que sería desde entonces su fiel amante.
Desgraciadamente, esta vida sexual de Bascher le llevó a contraer una enfermedad por aquel entonces desconocida: el VIH. Karl Lagerfeld no se separó de la cama del hospital y posterior lecho de muerte hasta el final de sus días. Dicen que dormía noche tras noche a su lado. Varios fueron los homenajes que luego le rindió a través de sus trabajos. Y ahora que Lagerfeld también ha muerto, volverá a estar junto a su amante para siempre como pidió el vida esparciendo sus cenizas en el mismo lugar que lo hicieron en su momento con la del gran amor de su vida.
Baptiste Giabiconi, el niño mimado de Chanel
Tenía menos de 18 cuando Baptiste Giabiconi llamó la atención de Karl Lagerfeld. Este, como siempre hacía para mantener a la gente a su lado, le prometió un cambio radical en su vida y un lanzamiento al éxito de la noche a la mañana. Y así fue. Hizo su debut como modelo en el desfile Alta Costura de Chanel de primavera/verano 2009 y desde entonces cerró el resto de desfiles de la casa francesa apareciendo siempre al lado del káiser de la moda.
Poco después del nacimiento de su idílica relación, los rumores decían que había algo más que una amistad entre Hiabiconi y Lagerfeld. Que con el modelo 60 años más joven que él si había consumado el amor que no hizo con Bascher. Pero esto no fueron más que rumores que nunca llegaron a más. Ellos ni confirmaron, ni desmintieron. Simplemente siguieron apareciendo juntos en eventos sociales y el joven seguía caminando unos pasos por detrás de Largerfeld al final de cada desfile de Chanel. El diseñador nunca negó que el joven francés le influyó en su trabajo e incluso lo colocó delante de su objetivo para numerosas campañas de sus marcas. "Tenía todo por descubrir, me diste la mano y nunca la soltaste", es un pequeño extracto de la carta que el joven dedicó al que llama "su padre" a través de las redes sociales.
La moda, el amor si consumado
Y es que Karl Lagerfeld, aún que a veces tenía la necesidad de escaparse de su vida profesional y quitarse esa máscara de la que hablaba, solo tuvo un amor que consumó en su vida y que hacía con gusto. El de la moda. Con 14 años hizo las maletas para marcharse de Alemania y perseguir el sueño desde la cuna de la moda, París. Fue en 1947 y 18 años más tarde fichó por Fendi como director creativo. Un fichaje que duró hasta el día de su muerte. Lo mismo ocurrió con Chanel desde 1984 y con su marca homónima en 1998.
Desde entonces son casi incontables las colecciones que diseñó para todas las casa de moda. Karl Lagerfeld diseñaba un total de 10 colecciones al año. Todo un alarde de creatividad del que él era más que consciente. Se mostraba fiel a la esencia de Coco Chanel en la casa francesa; daba rienda suelta a su creatividad en la casa italiana (Fendi); y era él mismo en la marca que tenía bajo su mismo nombre. Una creatividad que, de manera poco sorprendente, se irá de este mundo más tarde que él. Su última colección para Fendi se presentó el pasado 21 de febrero el la Semana de la Moda de Milán. 4 días después de su muerte. La última para Chanel hará lo propio el próximo 5 de marzo. A partir de ahí todo formará ya parte de la historia de la moda y del imaginario de todos aquellos que hayan tenido la oportunidad de vivir en los tiempos creativos del alemán.
Choupette, el amor millonario y su mayor heredera
Fue precisamente ele anteriormente mencionado Baptiste Giabiconi quién trajo a esta gata de raza birmana a la vida del diseñador. Este felino era su mascota pero tras un viaje de negocios Karl Lagerfeld no se la quiso devolver: "La encontré tan linda que cuando Baptiste regresó de su viaje le dije: 'Lo siento pero me la quedo'", explicó él mismo para una entrevista en la revista Número. Y, pese al hurto menor que pudo suponer, fue lo mejor que le puso pasar a Choupette. Desde entonces se convirtió en la mascota el káiser de la moda y en toda una celebridad.
A pesar de que cuenta con más de 200 mil seguidores entre sus cuentas de Twitter e Instagram, esta cifra es ridícula si se compara con la que aparece en su extracto bancario. Tan solo en el año 2015 facturó más de 3 millones de euros gracias a una simple colaboración con una línea de cosméticos, Shu Uemura; y por protagonizar un calendario de la marca de coches Opel Corsa. Pero como toda modelo de renombre, no prestaba su imagen para cualquier producto. Pese a ser una gata, nunca promocionó comida para gatos porque era "demasiado sofisticada" para esto.
Y aún que pueda parecer todo un sueño la fortuna que este simple felino amasó en los últimos años, tras la muerte de Karl Lagerfeld esta no menguará, todo lo contrario, irá a más. Tal y como el propio diseñador dijo en vida: "Si me pasa algo, la persona que se ocupe de ella no estará en la miseria", aseguró. Y es que aún que en Francia la Ley no permite que los animales hereden de sus dueños, las cuidadoras que se encargan día tras día de Choupette para su cuidado serán quienes gestionen todos los millones que estaban en la cuenta corriente del alemán tras su muerte. Sin duda, el amor más puro que el káiser de la moda tuvo en vida, ha sido el que se ganó toda la confianza, cariño y fortuna de uno de los diseñadores más importantes de la segunda mitad del siglo XXI.