El pequeño Mason está atravesando el síndrome del príncipe destronado ya que "no entiende que haya dejado de ser el centro de atención".
North West ha sido recibida con los brazos abiertos por casi todos los miembros del clan Kardashian y se ha convertido en el centro de todas las atenciones, algo que no ha sentado muy bien a Mason Disick, el hijo de Kourtney Kardashian. Su forma de demostrarlo ha sido dejar de hablar a su tía Kim Kardashian y hacerle feos a su prima.Su hermana Penelope Disick, en cambio, ha hecho muy buenas migas con la recién llegada. Kourtney ha explicado el comportamiento de su hija diciendo que "cada vez que ve a North West, se emociona. Va a donde ella va". Está encantada de que compenetren tan bien ya que lamenta no haber tenido primos de su edad con los que jugar cuando era pequeña.
Mason Disick, por el contrario, rechaza a North West porque se siente desplazado por ella. "Está celoso porque él y Kim estaban siempre juntos" continúa explicando la madre mientras añade que su hijo le ha retirado la palabra a su tía: "Creo que ella no sabe qué hacer, siente como que Mason ya no le quiere y eso la confunde. No sabe que mi hijo se siente igual".
Kourtney Kardashian trata de prestar más atención a Mason
Para resolver la situación, Kourtney Kardashian trata de prestarle más atención a su hijo pasando más tiempo con él o llevándoselo a la playa. En la costa de Malibu la socialité se relajó en la toalla mientras contemplaba jugar a sus hijos en la arena y les hacía fotos.