Ha sido una semana difícil para el mundo de la televisión en España, pero habrá sido todavía más duro para los familiares de Concha García Campoy. La presentadora falleció hace pocos días tras luchar contra la leucemia que, al final, terminó ganando la partida. Sus amigos y allegados se despidieron de ella en el tanatorio de La Paz, en Madrid, en un acto sencillo, pero muy emotivo.
Tras estas palabras sobre el dolor, Lorenzo Díaz comenzó a recordar esos momentos que le ayudarán a recordar a Concha García Campoy con una sonrisa, desde la siempre típica conversación sobre los bebés y las cigüeñas, a las vacaciones que disfrutaron junto a amigos de la talla de David Trueba, Santiago Segura o "Gonzalito" Miró: "Son cosas que jamás olvidaré, y de las que eres la figura principal en cada uno de esos recuerdos". También aprovechó para recordar los últimos momentos que pasó con su madre, incluida una conversación telefónica poco antes de morir, en la que la periodista le dijo que se fuera de viaje con sus amigos, a pesar de su delicado estado de salud.
Berta, "tu verdadero reflejo en la tierra"
En la carta, el aspirante a periodista le promete cuidar de su "verdadero reflejo en la tierra", Berta, hija pequeña de García Campoy y Lorenzo Díaz, a la que ha llegado a admirar todavía más estos días: "Ha actuado como tú lo harías si estuvieses todavía aquí: con una entereza inhumana, con el único objetivo de estar fuerte de cara a la familia para que no suframos. Cuando la miro a los ojos, te veo y me ayuda a sentirte cerca". Además, se marca un objetivo en la vida: "Rendirte homenaje como tú lo harías: y eso no se traduce en ser ningún periodista de prestigio, ni superarte, ni nada que ver con mi persona. Consiste en intentar hacer feliz a los que me rodean y por los que tú has dado tu vida hasta el último día". Por último, le pide que descanse y le asegura que le deja una última lección realmente valiosa: "la felicidad solo existe cuando es compartida". Con un cercano "te quiere tu niño, tu tesoro, tu vida. Hasta siempre, mami" se despidió Lorenzo Díaz, un hijo que estuvo dispuesto a donar médula para uno de los transplantes que necesitó su madre. Un orgullo de hijo que consiguió poner el broche más emotivo a una despedida llena de cariño y admiración.