Se cumplen tres años desde que la familia de José Luis Gil emitiera públicamente un comunicado para informar de que el actor había sufrido un ictus isquémico agudo hemisférico izquierdo. Tras 20 días ingresado había vuelto a su casa para seguir con la recuperación: "Empieza un periodo clave, de trabajo y esfuerzo, en el que la tranquilidad, es muy importante", versaba aquel escrito en el que su familia también reconocía sentirse confiada en que " la rehabilitación, el tiempo y el acompañamiento ayuden a su pronta y total recuperación ".
Desde entonces el que diera vida a Juan Cuesta en 'Aquí no hay quien viva' y Enrique Pastor en 'La que se avecina' ha estado alejado de la vida pública reapareciendo contadas veces a través de las redes sociales de una de sus hijas, Irene Gil. Ella ha hecho de portavoz de la familia en muchas ocasiones, sobre todo cuando la familia se encontraba con numerosas noticias en internet que hablaban de un empeoramiento de la salud de su padre y se especulaba con su fallecimiento.
"Os pido que por favor, no difundáis bulos, es muy desagradable que te estén dando el pésame a todas horas porque personas sin escrúpulos, que imagino que buscan seguidores o notoriedad, lanzan noticias falsas sin importarles el dolor que causan a sus amigos y familiares ", decía el pasado mes de septiembre junto a una fotografía del actor disfrutando del verano por la calles de Madrid.
El agradecimiento a la Fundación Vivir Dos Veces
Ahora de nuevo José Luis Gil volvía a tener todo el protagonismo en su cuenta de Instagram y además por una buena causa, celebrar la gala del aniversario de la Fundación Vivir Dos Veces, una fundación para el apoyo integral a las familias y pacientes con daño cerebral adquirido (DCA) -es decir, aquellas personas que no nacieron con un daño cerebral, sino que lo sufrieron a posteriori por diferetntes afecciones-.
José Luis Gil y su hija Irene Gil en una nueva fotografía en diciembre de 2024 | Foto: Redes SocialesLa propia Fundación agradecía a Irene Gil que les brindase "una valiosa perspectiva sobre lo que enfrentan las familias con un daño cerebral adquirido, recordándonos porqué la labor de quienes rodean a cada paciente DCA es tan importante". Ella misma acudía a la gala para recoger el galardón. Premio con el que posteriormente posaba junto a su padre.
Irene Gil reconocía que la Fundación les había ayudado mucho también a ellos, que tenía que hacer frente a una enfermedad totalmente inesperada: "Hemos aprendido a prepararnos para morirnos, pero no estamos preparados para enfermar. Las situaciones a las que te enfrentas, la burocracia y los trámites para poder acceder a cualquier ayuda, la incertidumbre, son fatales ", reconociendo que se sobrevienen muchas cosas que uno no espera tener que hacer en la vida: " Hay que tomar decisiones en un panorama muy incierto y es muy duro ".
