El merengue ha compartido desde siempre su pasión por el fútbol con toda su familia. De hecho, su hermano Álex también forma parte de una plantilla futbolística, aunque de segunda división: el Cádiz Club de Fútbol. Sus padres, Maite Iglesias y Jose María Fernández, y la otra hermana, que se llama igual que la madre, son grandes aficionados al deporte rey y viven todos los partidos de ambos jugadores con gran emoción.
Nacho Fernández Iglesias
Llegando al mundo a principios del año 1990, José Ignacio es el mayor de los tres hermanos que conforman el clan. Desde bien pequeñito, su padre le inculcó una gran afición por el Real Madrid, por lo que su sueño siempre ha sido conseguir alistarse en las filas del conjunto blanco. Comenzó a dar sus primeras patadas a la pelota jugando con sus amigos en el Colegio San Gabriel y en un equipo local. Después de hacer una prueba junto a 40 niños más en la antigua Ciudad Deportiva, el club llamó por teléfono a su padre para decirle que lo querían en la cantera de la agrupación madridista. "Para mí fue una ilusión tremenda", confesó en una entrevista para Mundo Deportivo. A partir de ese momento, pasó a formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid Club de Fútbol y disputó partidos luciendo las 13 camisetas de cada una de las filiales de La Fábrica.
La oportunidad de adentrarse en el Castilla, el equipo de Segunda División B inmediatamente anterior al Real Madrid, le llegó cuando cumplió los 19 años. Allí disputó más 100 partidos repartidos en 5 temporadas, coincidiendo con su hermano Álex en 3 de ellas y alzándose capitán de la agrupación en la de 2012/2013. En aquel momento, Iglesias despuntaba tanto que el entrenador que en aquel momento preparaba a los jugadores del conjunto blanco decidió llamarlo para que debutara con ellos. José Mourinho le ofreció la posibilidad de batallar por la victoria del Real Madrid contra el Valencia C.F. en Mestalla, ganando los merengues con 6 goles a 3. Desde entonces, su carrera como futbolista fue viento en popa y llegó a ser uno de los elegidos por Vicente del Bosque para defender a La Roja en el Mundial de Brasil de 2014. Nacho vistió por primera vez la camiseta de nuestra selección en unos partidos amistosos a modo de entrenamiento para el gran campeonato, y debutó de forma absoluta en la segunda parte del partido contra la agrupación sudamericana para sustituir a su compañero Sergio Ramos.
Pero Nacho Fernández no solo puede presumir de lo bien que le va en el ámbito profesional, sino que en lo personal también puede alzarse como un auténtico campeón. El 31 de mayo de 2014 se casó con María Cortés, su novia de toda la vida. Al enlace acudieron varios compañeros del futbolista, como Arbeloa o Morata. El defensa presume de relación idílica a través de sus redes sociales, en las que publica frecuentemente imágenes junto a su chica. Fruto de este amor nació en 2015 la primera hija del matrimonio, Alejandra; y uno año después la pareja concibió a su segundo retoño, que recibió el mismo nombre que su padre. Esta feliz noticia coincidió con la victoria del Real Madrid en la Champions, haciendo de aquel momento uno de los más felices de la vida del merengue.
Álex Fernández Iglesias
Este pelirrojo llegaba al mundo dos años después de que lo hiciera su hermano. Al llevarse tan poca edad de diferencia, los dos se convirtieron en uña y carne desde el momento en que se conocieron. De este modo, Álex no tardó en desarrollar la misma afición por el fútbol que veía tanto en su padre como en Nacho. Estuvo jugando con la Real Sociedad Deportiva Alcalá hasta 2003, momento en el que pasó a formar parte de la plantilla de las categorías inferiores del Real Madrid. Podría decirse que la trayectoria de este joven ha sido bastante similar a la del mayor de los Fernández, aunque Alejandro consiguió debutar en el Castilla un año antes de que lo hiciera su hermano, pisando el césped durante 82 minutos y alzándose el conjunto con la victoria contra el equipo gallego Coruxo FC.
Fernández destacó como futbolista durante las 3 temporadas en las que estuvo en el filial, siendo en la última cuando la agrupación consiguió ascender a Segunda División. Su trayectoria con esta camiseta fue tan buena que, como le pasó a su hermano, Mourinho lo llamó para que jugara con la casa blanca algunos partidos de la pretemporada de 2010/2011. Álex pisó por vez primera el campo de juego vistiendo la camiseta merengue el 5 de agosto, en un partido contra el Club América de México en el que el Real Madrid se alzó ganador con tres goles a dos. A partir de ese momento, Iglesias disputó algunas competiciones junto al equipo del Santiago Bernabéu hasta que llegó el año 2012 y se estrenó como jugador oficial. Sin embargo, a pesar de que tenía todas las papeletas para postularse como capitán del Castilla, el club y la agencia que lo representa, Eleven Sports, acordaron su traspaso al RCD Espanyol de Barcelona, dando así el salto a la Primera División con un contrato para cuatro temporadas.
Finalmente, Álex se marchó antes de lo previsto y en 2014 firmó por el equipo croata H. N. K. Rijeka. Tampoco duró mucho tiempo dentro de los vestuarios de este conjunto, ya que al año siguiente volvió a cambiar de equipación para ponerse la de los ingleses del Reading Football Club. En 2016 regresó al país que lo vio nacer para adentrarse en las filas del Elche, pero acabó dejando a los alicantinos para firmar por el Cádiz, donde por fin parece que ha encontrado su sitio. Donde seguro que sí lo ha encontrado ha sido al lado de su mujer, Sandra Jiménez, con quien se casó en junio de 2017. La pareja aparece muy enamorada en sus redes sociales y fue precisamente en su cuenta e Instagram donde el futbolista anunció en abril de 2018 que él y su pareja estaban esperando su primer hijo, un "mini pelirrojo". Dos meses después, Juan Carlos Cordero, director deportivo del Cádiz, anunció que su intención era renovar al deportista para la temporada 2019/2020, lo que sumió al centrocampista en una de las etapas más bonitas de su vida.
La relación de los hermanos Fernández
Comenzaron su camino en el fútbol juntos y han terminado separados, cada uno en un equipo. Sin embargo, no han dejado que los casi 500 kilómetros que separan Madrid de Cádiz puedan hacer brecha en la buena relación que tienen. Desde pequeños han estado juntos y ambos tienen claro que así seguirán para siempre. Nacho siempre ha sido un gran apoyo para Álex, apoyándolo en los momentos difíciles y aconsejándolo en cada decisión. "Él es lo más importante de mi vida y me animó muchísimo a venir a Cádiz, porque tiene familia aquí por parte de su mujer y la verdad es que a lo largo de mi carrera, en todas las decisiones de hacia dónde ir es el faro con en el que me guío", dijo el mediano de los tres hermanos durante un reportaje para Marca. Por su parte, Nacho confía plenamente en que su hermano pueda crecer como futbolista y aseguró a As que "tiene una carrera muy bonita por delante".
Por compartir, comparten hasta estudios universitarios. Los dos están estudiando INEF porque, desde muy pequeñitos, sus padres les inculcaron que antes de ser un buen futbolista hay que ser una buena persona y tener la mente cultivada. Son capaces de mover cielo y tierra para estar el uno junto al otro en los momentos más importantes, como en los cumpleaños o en sus respectivas bodas. De seguro que Álex tampoco se perdió el nacimiento de sus sobrinos, de quienes comparte numerosas imágenes en sus redes sociales demostrando lo orgulloso que se siente de los hijos de su hermano. Tanto él como Nacho disfrutan de la compañía de su familia y reconocen que se trata de un pilar fundamental en sus vidas, por lo que aprovechan para hacer una visita siempre que pueden.
Sin duda alguna, la afición por el deporte es algo que ha ayudado a fortalecer este vínculo fraternal que se ha convertido en irrompible. Además del deporte rey, los dos hermanos disfrutan de otro tipo de actividad física, como pasear en bici por la montaña. Con el fin de transmitir a los más pequeños este hobbie tan sano, Nacho y Álex abrieron en el colegio al que fueron de pequeños la Academia NAF, un centro para enseñar a niños a jugar al fútbol y alcanzar el éxito, teniendo siempre como base "la importancia del esfuerzo y la constancia", iniciando así un nuevo reto que afrontar juntos, como siempre han hecho.