Es muy probable que cualquier persona medio interesada en el fútbol sepa quién es Marc Bartra. Pero el futbolista que comenzó a desarrollar su carrera en la cantera del Barça y que ahora juega en el Betis no vino solo a este mundo, sino que lo hizo en compañía de su hermano mellizo : Èric Bartra. De la misma forma que heredaron rasgos físicos idénticos, parece que la pasión por el fútbol también está impregnada en su código genético, aunque a uno le haya ido mejor que al otro en su carrera deportiva.
Pero, ¿les ha separado el hecho de que uno sea una estrella del fútbol y el otro un simple anónimo que todavía vive donde nacieron? Así son y así se llevan Marc y Èric Bartra, dos hermanos que partieron del mismo sitio pero que acabaron en lugares muy diferentes.
Marc Bartra
Desde que nació el 15 de enero de 1991 en una pequeña localidad de Tarragona, Marc Bartra ha sentido una devoción especial por el fútbol, más concretamente por el F.C. Barcelona. Se inició muy joven en el deporte rey, entre las filas del RCD Espanyol de Barcelona, pero a los 11 años vio cumplido su sueño de ingresar en La Masía del equipo azulgrana. Estuvo jugando durante 8 años en las categorías inferiores, mejorando día a día y destacando como un gran lateral, aunque finalmente se acabó posicionando como central. Percatándose del talento del futbolista, en 2010 Pep Guardiola lo convocó para que debutara con el conjunto principal en un partido de Liga contra el Atlético de Madrid. A partir de ese momento, se fueron sucediendo las competiciones que disputó junto a los culés de primera división, incluyendo su primer torneo en la Liga de Campeones con el FC Rubin Kazan, en el que los del Camp Nou salieron victoriosos con dos goles sobre cero. Su primer gol con el Barça llegaría poco después, al final de la temporada de 2010/2011. Bartra anotó un tanto en el marcador de su agrupación, colaborando en la derrota del Málaga en su propia casa, La Rosaleda.
En la temporada siguiente, Bartra pasó a formar formar parte del F.C. Barcelona de forma definitiva y poco después firmó la renovación de su contrato hasta 2017, con una claúsula que le obligaba a pagar 25 millones de euros si se marchaba del conjunto antes de que terminara el acuerdo. Sin embargo, en 2016 el catalán fichó por el Borussia de Dortmund, un equipo de la Liga alemana. La cantidad que debía abonar por dejar el vestuario culé se redujo a 8 millones de euros porque no había jugado el número suficiente de partidos con el Barça. Junto a la agrupación germana, el de Tarragona vivió uno de los peores momentos de su vida. Mientras el autobús trasladaba a los futbolistas al estadio, varias bobas explotaron cerca y Bartra resultó herido en la muñeca, teniendo que ser operado de inmediato. "El dolor, el pánico y la incertidumbre de no saber lo que estaba pasando, ni cuánto tiempo duraría... Fueron los 15 minutos más largos y duros de mi vida", escribió el central junto a una imagen que publicó en su cuenta de Instagram. Por fortuna, logró recuperarse rápidamente y en muy poco tiempo pudo volver a darlo todo sobre el terreno de juego, aunque no tardaría mucho en volver a cambiar los colores de su camiseta.A principios de 2018, el Borussia y el Betis llegaron a un acuerdo por el que Bartra se traspasó al conjunto verdiblanco por 10 millones de euros. De este modo, el catalán regresó a su país natal para instalarse en la capital andaluza y comenzar a pelear por la victoria del equipo sevillano. En cuanto a su carrera como internacional, Bartra se inició en las categorías inferiores de la Selección Española, luciendo las camisetas de la sub-19, la sub-20 y la sub-21. La oportunidad con la Roja absoluta le llegó en la temporada de 2014/2015, siendo convocado por Vicente del Bosque para jugar contra Macedonia el 8 de septiembre. A partir de ese momento, se convirtió en uno de los fijos de la plantilla nacional, incluso aunque no fuera titular en el F.C. Barcelona. Sin embargo, su nombre no estaba entre los futbolistas de la lista de Julen Lopetegui para el Mundial de Rusia de 2018, algo que no sentó del todo bien al catalán. " No me lo esperaba. Di mucho para poder estar ahí ", confesó durante una entrevista con ABC.
El central ha podido recuperarse de este disgusto gracias al apoyo de su familia, en especial el de su mujer, Melissa Jiménez, y sus hijas, Gala y Abril. La pareja se conoció en febrero de 2014 y ambos rebosan amor y felicidad desde entonces. Solo un año después, el futbolista y la periodista deportiva se estrenaron como padres, y poco más tardaron en formalizar su relación pasando por el altar, dándose el sí quiero en en una lujosa finca de Argentona, un municipio a una media hora de Barcelona. En abril de 2018, Bartra y Jiménez le regalaron a su hija una hermanita con la que poder jugar, formando una bonita familia de cuatro de la que el jugador bético presume con frecuencia en sus redes sociales.
Èric Bartra
Como su hermano, Èric comenzó desde muy pequeño sus andaduras en el mundo del balompié. Los dos se formaron de la mano en la Masía del F.C. Barcelona y llegaron a jugar juntos algún que otro partido, pero una grave lesión en la rodilla le impidió continuar el ritmo de Marc, por lo que tuvo que dejar de golpear la pelota de manera profesional para hacerlo solo en partidos con amigos. Sin embargo, el de Tarragona no dejó de lado su pasión por el fútbol y ha hecho de este deporte su trabajo, aunque no sea sobre el terreno de juego. Después de graduarse en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Èric coordina y entrena a varios equipos de fútbol base, transmitiendo a los más pequeños los valores que le enseñaron a él y a su hermano Marc. "Todo lo que intento a enseñar a mis jugadores son los valores que he cogido durante mis años como jugador, con las experiencias que he vivido", declaró durante una entrevista para Sport.
En cuanto a lo personal, Èric comparte su vida junto a Raquel, una mujer algo mayor que él de la que está plenamente enamorado. El catalán se lleva de maravilla con los hijos de su novia, Marc y Jana, y en sus redes sociales se acumulan las fotografías familiares en las que demuestra que es todo un padrazo, aunque los pequeños no compartan su ADN. El bebé que sí lo hace es Luca, el niño que el de Tarragona y su chica tienen en común y que nació a principios de 2018, formando así una preciosa familia numerosa.
La relación de los hermanos Bartra
A pesar de que Marc ha conseguido cumplir su sueño y llegar lejos en el mundo del fútbol, ha sabido conservar sus raíces y visita a su familia en Tarragona siempre que tiene ocasión. Lejos de molestarle el hecho de que él no pudiera triunfar como lo ha hecho su hermano, Èric está encantado del éxito que el central ha ido acumulando en los últimos años, apoyándolo en cada partido y animándolo a través de las redes sociales o sentado en la grada del estadio en el que juega. "¡Vamos Betis! Allá dónde vayas tendrás a tu fan número uno apoyándote ", escribía el padre de Luca junto a una foto en el campo de fútbol que publicó en su cuenta de Instagram.
Por otra parte, Marc tampoco duda de la profesionalidad de su hermano y puso a Èric al frente de la escuela de fútbol que fundó en su localidad natal, Sant Jaume dels Domenys, haciendo así gala de la confianza que el uno tiene en el otro y de que juntos forman un gran equipo. De hecho, es tanta la fe que se guardan que ambos son padrinos de sus respectivos hijos: Marc de Luca y Èric de Gala. Ninguno quiso perderse el bautizo de sus sobrinos y compartieron en sus redes sociales varias fotos familiares que irradiaban alegría y ternura. Sin duda alguna, son uña y carne y ambos comparten esa conexión tan única y especial que solo unos hermanos mellizos pueden tener.