Tras muchas solicitudes a los juzgados, Mari Pepa ha conseguido reabrir el caso para estudiar las pruebas que ella misma aportó en un principio pero fueron desestimadas: "Esto como no se investigue voy a llegar al final, a Estrasburgo, al de Derechos Humanos", asegura. Sus sospechas comenzaron ya en el hospital tras el accidente cuando vio a su hermana "llena de moratones en el cuerpo". En ese mismo momento decidió tomar unas fotografías que causaron mucho revuelo en la habitación teniendo incluso que intervenir la Policía, en sus propias palabras. Ahora estas imágenes son las mismas con las que el forense Luis Frontela ha reabierto el caso.
También en su día le llamó mucho la atención el tratamiento que se hizo de las pertenencias de La Veneno que tendrían que haber sido consideradas pruebas para la investigación: "¡Su ropa tendría que haber sido solicitada por el juez! Eso yo no lo sabía. Yo estaba en la capilla y viene mi hija con una bolsa de plástico. Le pregunto: '¿Eso qué es?', y me dice que eran las pertenencias de Cristina. Le dieron a mi hija la ropa de mi hermana rompiendo la cadena de custodia".
Se solicitó las destrucción de las pruebas de la investigación
Todo el periplo para conseguir reabrir el caso comenzó de nuevo cuando el pasado 5 de septiembre cuando descubrió que se había solicitado al juzgado 53 la destrucción del resto de pruebas acerca del caso de la muerte de su hermana. Doce días más tarde esta solicitud fue aceptada y se iba a proceder a la su destrucción. "En ese momento yo misma mandé un burofax renunciando a los abogados y solicité que no se destruyesen las pruebas. No han pasado ni dos años y ya piden que se destruyan las muestras", dice indignada Mari Pepa. Será el mismo forense que llevó el caso de 'Niñas de Alcàsser' para evaluar las fotografías aportadas por su hermana e investigar de nuevo si se trató realmente de un accidente o de u n asesinato.