Triste final
La pareja cuenta con tres propiedades. La primera y principal es un chalé adosado en Madrid, aunque también tienen un piso en la localidad costera de Canet d'en Berenguer, así como otro terreno en la Comunidad Valenciana. Al estar casados en régimen de gananciales, hay bastante trabajo por hacer, y cada parte está luchando por conseguir lo máximo posible.
La situación es complicada no solo por el dinero, sino también a nivel afectivo. Toñi, una mujer discreta que trabaja como profesora de Educación Física, está sufriendo por el engaño que ha vivido durante años y por la exposición mediática de su exmarido, un circo al que se ha unido María Lapiedra. Además, los cuatro hijos de la pareja se han posicionado del lado de su madre y de momento poco quieren saber de su padre.