"Este vídeo es muy diferente. Me gusta contaros mi experiencia siempre, y más ahora que me acabo de operar. Creo que si estáis interesadas os gustará verlo", comenzaba Matamoros, con un rostro más serio de lo habitual que auguraba que lo que iba a contar no eran, precisamente, buenas noticias. La joven quiso ser valiente y se sometió a la primera cura ella sola en su casa, pero no fue tan fácil como ella pensaba. "Prefería enfrentarme yo sola y aprender. Me quite el sujetador y empecé a marearme montón. No sé si fue la impresión de verlas, pero me tuve que tumbar en la ducha", narraba la it girl.
Por fortuna, Matamoros pudo limpiarse bien las heridas y terminó de curarse lo mejor que pudo, pero lo peor aún estaba por llegar. "Cuando salí de la bañera me las sequé y empecé a marearme muchísimo. Fue una sensación horrible y me senté en el váter porque dije 'me caigo'. Se me nubló la vista y pensé que me desmayaba, entonces me tumbé en el suelo", apuntaba la vlogger, visiblemente afectada.
Auxiliada por sus amigos
Menos mal que, como siempre, junto a ella se encontraban algunos de sus amigos más incondicionales y la ayudaron a reponerse. "No sé ni como, llame a Diego y a Luna, que estaban en mi casa, y subieron corriendo. Me contaron que estaba blanca como la leche, me tuvieron que terminar de curar y me dieron hasta un batido de chocolate para el azúcar", relató. Al final, Matamoros se recuperó y todo se quedó en un susto sobre el que más tarde incluso bromeó, asegurando que ahora todo el mundo la llama "la novia de Frankestein" por el aspecto calavérico que le han dejado las cicatrices y moratones. Sea como sea, ya va quedando menos para ver cómo ha quedado la cirugía y que la it girl vuelva a verse tan radiante como siempre.