La operación para cambiarse el color de ojos vuelve a ser objeto de debate. ¿El motivo? Otra celebridad ha pasado por quirófano para lucir mirada nueva: Gloria Camila Ortega. La hija de Ortega Cano y Rocío Jurado reaparecía el pasado miércoles 10 de mayo en un evento con un llamativo cambio en sus ojos, y si bien podría tratarse simplemente de unas lentes de contacto para cambiar su imagen temporalmente, ella misma le ha confirmado a la revista Diez Minutos que se trata de una operación estética como la que se realizó anteriormente Daniela Requena, participante de 'Pesadilla en el paraíso'.
Según las declaraciones que ha dado, el motivo que le ha llevado a realizarse este cambio en sus ojos es que, desde siempre, le han gustado mucho los ojos de tonalidades más claras y no tanto la de sus ojos de nacimiento, un marrón café. La que fuera colaboradora de televisión asegura estar contentísima con el cambio a pesar de estar todavía recuperándose.
Una operación desaconsejada por la Sociedad Española de Ortalmología
La operación, que ronda los 7.5000 euros, generó mucho revuelo meses atrás cuando fue el caso de la exparticipante de 'Pesadilla en el paraíso' y muchos doctores y oftamólogo pusieron el grito en el cielo por los riesgo que podría acarrear a largo plazo en las personas que se la realizan. La propia Sociedad Española de Ortalmología (SEO) advertía a través de un comunicado el pasado mes de marzo que "ya han visto a pacientes sometidos a esta intervención con descompensaciones corneales que han llevado a la pérdida de su trasparencia ", lo que demuestra "que no es una técnica segura ".
Y añadían: " No hay suficiente evidencia científica que avale la seguridad y eficacia de esta intervención, la cual tampoco llega a inducir resultados estéticamente naturales ya que la sensación es como la de observar 'ojos de muñeca' al carecer de color tintado de la suficiente profundidad", terminaba así el comunicado de la SEO a Europa Press.
Desde Clínica Baviera advierten también en su blog de los riesgos de esta operación. En el mejor de los casos puede sufrirse de ojo seco, sensibilidad a la luz o reacciones alérficas; pero también pueden producirse cataratas, obstrucción del drenaje del humor acuoso, glaucoma, uveítis, pérdida de la transparencia de la córnea y hasta pérdida de visión y ceguera.