Ella y su chico, José Ángel Ortega, han decidido mantenerlo en secreto lo máximo posible, y no ha sido fácil. Lo han hecho así porque previamente se han enfrentado a dos abortos, por lo que están siendo cautos con sus emociones, por si otra vez las cosas no salen según lo esperado. Ahora que parece que ha atravesado 'lo peor' de este embarazo, se ha encontrado con ganas de contarlo, aunque siempre siendo muy cauta.
El embarazo ha sido fruto de una inseminación, y así lo ha narrado: "Ha sido un proceso muy largo, muy duro, muy difícil emocionalmente, sobre todo. Y físicamente, también. Llevaba buscando el embarazo unos cinco años, más o menos. Al principio, lo intenté de manera natural, pero tuve dos abortos y... no funcionaba. Entonces, empezamos a plantearnos buscar, mi pareja y yo, otras alternativas porque, con la edad, un aborto significa también todo un proceso de recuperación... Tienes que esperar, tu cuerpo tiene que restablecerse... y se nos echaba el tiempo encima".
La razón por la que han elegido este método es porque sentían que se les echaba el tiempo encima: "Nos recomendaron empezar un proceso de fecundación in vitro. Vino la pandemia y el tema se alargó. Mi reserva ovárica no era la idónea... Que para una chica de 25 es más viable, pero yo, con 44... Fue difícil. Tuve que hacer cinco estimulaciones, que eso también es un proceso de mucha hormona, con muchos pinchazos..., en el que tu cuerpo sufre muchos cambios. Y de todo ese proceso solamente me quedó un embrión viable. Imagínate. Entonces, fuimos a por ese uno, que es este que está ahora aquí mismo dando caña".
Pese a lograr el embarazo, no ha sido un camino de rosas porque se llevaron un susto, y así ha hablado de ello: "Lo que pasa es que, al mes y medio, tuvimos otro problema: se produjo un desprendimiento del saco gestacional. Fue un momento de crisis, porque después de todas las estimulaciones y todo el proceso... Colapsé. El médico me prescribió reposo absoluto. He tenido que estar casi dos meses en cama, con lo que todo eso conlleva a nivel físico, emocional y laboral: conciliar ya antes incluso de que el bebé nazca, fíjate qué complicado... Tenía compromisos profesionales que había estado batallando durante años, contratos que no habían sido fáciles de cerrar y, aunque todo lo que me estaba pasando era accidental, sentía mucha culpa".
Está yendo con calma
De momento prefiere vivir este embarazo con calma y esperar un poco más a preparar cosas para su nacimiento: "Todavía no. Me cuesta mirar ropita de bebé... Me cuesta todavía creérmelo. Me da miedo hacerme ilusiones. Voy con cautela. Con el freno puesto", ha dicho, mientras también ha contado que no quieren saber el sexo del bebé.