El informe que lo cambiaría todo
El Informe, que contiene unas 30 páginas, recoge una serie de indicios que, bajo el juicio de la defensa, dejaría clarificado el hecho de que Daniel Sancho no mató a Edwin Arrieta de forma premeditada, sino que todo fue orquestado por la improvisación del momento en el que la víctima falleció debido a un golpe tras la pelea que mantuvieron en un Bungalow de Ko Pha Ngan.
En su momento, Daniel Sancho admitió haber desmembrado el cuerpo de la víctima, pero siempre mantuvo que no fue premeditado. Algo que respaldan los expertos, ya que mantienen; "Si lo hubiera premeditado, habría comprado otra sierra más eficaz para ese tipo de cortes, de las que había varias a la vista en la misma tienda en la que estuvo".
"Dejó todos sus datos personales, incluyendo nombre, apellido y número de teléfono móvil. Más aún, la persona que lo atendió le dijo que debía dejar su pasaporte original en depósito, lo que hizo sin problemas", sostiene la defensa en el escrito. Además, los expertos indican que el presunto asesino nunca se protegió de las cámaras de seguridad y siempre mantuvo una actitud serena.
En el informe también se detalla que Daniel Sancho proporcionó "sus datos personales en recepción y su huella genética en la habitación". Por lo que, sus abogados sostienen: "¿Qué persona que tiene planeado, premeditado (un crimen) realiza estos actos? La compra de bolsas de basura no puede considerarse como prueba de premeditación del crimen porque, como se ha observado, se utilizaron otro tipo de bolsas o sacos para guardar los restos".