Gerard Piqué nunca ha sido tan tranquilo como por ejemplo su compañero Andrés Iniesta. Acusado de chulo, o de no saber callarse, el futbolista del Barça ha tenido problemas en más de una ocasión con los paparazzi, o incluso con los agentes de la Ley.
Su actitud conciliadora del presente contrasta con la que tuvo la noche del conflicto. Piqué viajaba en un coche junto a su hermano Marc cuando dos agentes de la Guardia Urbana se acercaron a ambos por llevar un cuarto de hora parados en el carril bus de la calle Trias Fargas y decidieron multar a Marc, que era el que conducía, por infracción de tráfico.
Después de que se conociera todo el asunto, el futbolista pidió perdón, pero lo hizo de una manera que parecía comedia, y no arrepentimiento sincero. Ahora al menos sí que los tintes son serios, sea un perdón de corazón o no.
Lavado de imagen
Además de eso, su lavado de imagen comenzó después del incidente al acudir al Camp Nou Shakira y el pequeño Milan, y es que un niño siempre hace sonreír. Conforme se acercaba la fecha ha sido mejor, ya que con el nacimiento de Sasha se distribuyó una tierna imagen del feliz padre con el recién nacido. Para no hacer de menos a Milan, ha sido precisamente Piqué quien se ha volcado con su primogénito, con el que ha sido convenientemente fotografiado en dos ocasiones desde que vino al mundo Sasha. Todo ello antes del juicio.
Como colofón, Gerard Piqué mostró su solidaridad y su altruismo cuando se bajó de su coche para socorrer a un hombre que se vio implicada en un accidente entre una motocicleta y una camioneta. El momento fue recogido por una espectadora del programa '8 al día' de 8tv y afortunadamente no hubo que lamentar víctimas.