María Asunción González, titular del juzgado de instrucción número 5 de Barcelona, ha condenado a Gerard Piqué a pagar una multa de 10.500 euros por su enfrentamiento con la Guardia Urbana ocurrido el pasado 13 de octubre en la ciudad condal. La sentencia es recurrible.
Además, justifica los 10.500 euros de multa, cifra que pidió la acusación particular, al haberse fijado en el patrimonio del central culé. Pese a señalar que no conoce la situación económica exacta de Piqué, asegura que de sobra es conocida que militar en un club "cuyos jugadores perciben en su totalidad ingresos millonarios".
Asimismo, la magistrada que ha condenado a Gerard Piqué le advierte de que si no paga de forma voluntaria en el plazo de 7 días desde que el fallo sea firme, se le quitaría la libertad durante un día por cada dos cuotas que no satisfaga.
El incidente
El pasado 13 de octubre de 2014, Gerard Piqué viajaba en un coche junto a su hermano Marc cuando dos agentes de la Guardia Urbana se acercaron a ambos por llevar un cuarto de hora parados en el carril bus de la calle Trias Fargas. Decidieron multar a Marc, que era el que conducía, por infracción de tráfico.
Gerard Piqué salió del coche e increpó a los agentes con frases como "sois una vergüenza, me da asco vuestro trabajo y la Guardia Urbana es una puta vergüenza" así como perlas tales como "me tenéis envidia porque soy famoso". Asimismo, cuando los agentes entregaron la multa a Marc Piqué, el jugador culé se la quitó de las manos, hizo una bola con el papel y se la tiró a los agentes a los pies. Todo ello le llevó ante la Justicia.
Gerard Piqué, arrepentido
Después de que se conociera todo el asunto, el futbolista pidió perdón, pero al más puro estilo Rey Juan Carlos. Además de eso, Gerard Piqué mostró su arrepentimiento a través de una carta enviada al juzgado mediante su abogado en la que admitió que algunas de las expresiones utilizadas al referirse a la Guardia Urbana en la noche de autos fueron desafortunadas.
El central blaugrana reconoció que se equivocó, pidió perdón por ello y se comprometió a no volver a comportarse así ante un agente de la Ley en el futuro. Eso sí, matizó que no todo lo que se le atribuye en el atestado ocurrió como la Guardia Urbana anotó. Sus palabras no han servido para librarse de la multa.