La vida de Georgina Rodríguez ha cambiado sustancialmente en las últimas semanas después de que se trasladara hasta Turín para comenzar una nueva etapa junto a sus cuatro hijos y Cristiano Ronaldo. El futbolista portugués ha fichado por el equipo de la ciudad y ella no ha dudado en seguirle en esta decisión que cambia su futuro por completo. La joven ha llegado a Italia pisando fuerte, sobre todo porque se ha sumado a muchas estrellas de Hollywood en la apertura del festival de Venecia 2018.
La oscense ha estado presente como una más y no ha dudado en fotografiarse en la alfombra roja. Por otro lado, y lejos de esta visa lujosa plagada de glamour, está su familia, con la que no tiene contacto y que estaría viviendo en condiciones muy distintas a la suya. El sido el programa de Telecinco 'Sálvame' el que ha destapado tanto la vida del padre como de la abuela de la modelo.
El reportero del programa ha dicho: "Su abuela Juana vive con dos hijos en una casa prefabricada después del terremoto del año 2011. Lleva ahí siete años viviendo", y todo porque después del terremoto de Lorca hace siete años fueron alojados en esas casas 'temporales' que siguen siendo su hogar. Peor a pesar de estas circunstancias en las que un poco de ayuda económica por parte de la novia de Cristiano no estaría de más, parece que no encuentran solución y que tanto su abuela como sus tíos están decepcionados: " Se sienten abandonados. Para Georgina su abuela era una segunda madre. Ya tiene 82 años y está muy enferma. Alguna vez le han pedido dinero a Georgina y entonces ella deja de llamar. Se ha desentendido"
Sin relación con los que eran sus pilares
En cuanto a su padre, sus problemas tiene que ver con su salud y no con el dinero, puesto que sufrió un derrame cerebral en Argentina, país en el que reside, pero ella no se ha preocupado por él en ningún momento a pesar de que su padre se haya ocupado de ella económicamente hablando hasta que se independizó. Georgina Rodríguez solo mantiene relación con su madre y parece que no tiene intención de limar asperezas con el resto de su familia.