No saltó al terreno de juego del Estadio Olímpico de Kiev como titular, algo que no le sentó nada bien. Pero Gareth Bale terminó convirtiéndose una pieza clave de la final de Champions 2018 entre el Real Madrid y el Liverpool para que los blancos pudieran levantar su tercera 'orejona' consecutiva. Pisó el césped en sustitución de Isco Alarcón y nada más tocar el balón llegó el sueño. Él fue el encargado de adelantar al equipo tras el 1-1 con un gol de chilena que pasará a la historia, volviendo a marcar al final del partido para hacer el 3-1 definitivo.
Una noche perfecta para el galés que ha celebrado rodeado de los que más quiere, los mismos que le han apoyado y le apoyan en los complicados momentos que está pasando por no jugar todos los minutos que le gustaría. En la celebración con los aficionados en el Santiago Bernabéu, Bale estuvo acompañado por toda su familia.
Su novia Emma Rhys-Jones, a la que dará el 'sí quiero' este mismo verano, tenía al pequeño de la casa en brazos, Axel Charles, que nació el pasado 8 de marzo. Mientras, sus hermanitas mayores, Alba Violet y Nava Valentina, se lo pasaron en grande correteando sin parar de un lado a otro por el terreno de juego.
Bale, el mejor juguete de sus hijas
Tras hacerse la correspondiente foto de familia los cinco juntos, así como otra junto al resto de familiares que se encontraban allí, Bale se dedicó a corretear con sus hijas, cogiéndolas por los aires, haciéndoles bromas, tirándose con ellas al suelo... todo un padrazo.