La artista, cuyo nombre real es Susana Alimivna Jamaladinova, decidía abandonar su casa de Kiev el pasado jueves por la noche con sus familiares en dirección a un lugar alejado de las bombas. Su destino para refugiarse iba a ser Biolorrusia, por eso se montaron en un coche y llegaron a los numerosos atascos de horas que se han formado para salir de la ciudad. "Hacíamos dos kilómetros cada cuatro horas", dijo, contando a lo que se estaban enfrentando.
Su periplo lo ha comenzado a hacer junto a sus dos hijos, enseñando fotos de cómo se han ido refugiando. Por otro lado, también ha enseñado refugios llenos de niños y ha contado que está indignada por las numerosas situaciones llenas de caos y miedo que se están dando, situaciones que implican que muchas mujeres estén dando a luz en sótanos sin poder ir a los hospitales por el riesgo de morir por un ataque o una bomba.
Jamala se hizo muy popular tras ganar el Festival de la canción en Estocolmo en 2016. Lo cierto es que no se libró de la polémica, porque aunque las canciones que se presentan a este concurso no pueden incluir mensajes políticos, ella arriesgó y ganó. Su letra y título, '1944', hacía referencia a la deportación masiva de los tártaros de Crimea, algo ocurrido en el siglo pasado, haciendo referencia al éxodo como ahora, que fue provocado por la Unión Soviética de Stalin.
La historia se repite
Para ello, se inspiró en la historia de su bisabuela, quien siendo una joven veinteañera tuvo que emigrar a Asia Central junto a sus cinco hijos buscando un futuro mejor. Casi 80 años después, por desgracia la historia se está volviendo a repetir y la está viviendo en sus carnes.