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Anthony Hopkins tiene una hija y lleva sin hablar con ella veinte años. Fueron fotografiados juntos por última vez en la premiere de una película en 1991, cuando su hija tenía 21 años. No obstante, la relación entre Hopkins y Abigail ha sido muy fría durante toda su vida. El distanciamiento ha llegado hasta tal punto que el actor ha confesado a 'Radio Times' que no sabe dónde vive su hija ni si tiene hijos. "No me importa, no tienes por qué gustarle a tu familia", manifestó.
Los amigos de Abigail, que ahora es cantante y compositora, han declarado que los duros comentarios de su padre le van a hacer mucho daño, incluso después de tantos años separados. "Ella está aún muy herida por todo esto, cuando intenta seguir adelante, lo ve en todos lados. A pesar de que viven muy lejos, no es alguien de quien puedas escapar ".
Anthony Hopkins abandonó a su primera mujer y a su hija Abigail cuando esta tenía solo 14 meses. Abigail creció con su madre, y veía a Hopkins como mucho una vez al año. Según un amigo de la joven "ella sintió que los había abandonado mientras intentaba forjarse un nombre en Hollywood, no le gustaba ser un simple marido o padre, quería ser alguien más". Comenta, además, que Abigail nunca perdonó a su padre por cómo trato a su madre.
Cada uno por su lado
En la década de los noventa, se produjo un acercamiento, ya que coincidieron trabajando en algunas películas. No obstante, la tregua fue temporal, y en el año 2001 la comunicación entre padre e hija cesó por completo. Anthony Hopkins, más tarde, pidió en un programa de radio de Estados Unidos que su hija se pusiera en contacto con él: "Supongo que estamos distanciados. Espero que ella esté bien, le deseo suerte". Pero Abigail, resignada, ignoró el llamamiento y se centró en la industria de la música, consciente de que su padre era incapaz de cambiar su rumbo.
Anthony Hopkins, ha declarado que la culpa de sus volátiles relaciones personales la tiene la educación que recibió (vivió en un internado, lo que le privó de conocer la idea de lealtad familiar), la intimidación que sufrió de niño, y más recientemente, su diagnosticado síndrome de Asperger, una condición neurológica que afecta a la interacción social. Abigail, por su parte, no admite estar emparentada con el actor, aunque ha vuelto a utilizar el apellido Hopkins después de cambiárselo hace años.