Francisco Rivera ha vuelto a los ruedos, y lo ha hecho a lo grande, en la Feria de Olivenza. La plaza estaba a reventar, y es que el retorno del diestro ha generado una gran expectación. Ha vuelto después de dos temporadas de ausencia y silencio y como prometió que su regreso es por tan solo una temporada, nadie se quiso perder el momento.
Rivera Ordóñez cayó en la cara del toro, que lo pisoteó. Se levantó rápidamente y se pudo ver que tenía la taleguilla destrozada, algunos moretones y cortes en la cara, aunque afortunadamente ninguna cornada. Morante de la Puebla le ayudó a reponer el traje de luces con un improvisado vendaje, y es que el asta del animal dejó la pierna izquierda de Francisco totalmente al aire.
Gran emoción
Francisco Rivera no se retiró de la plaza y continuó la faena a pesar de que iba cojeando por el percance. Primero brindó a su hija, lo que aumentó la emoción, y después mató al animal con decisión, lo que fue premiado con dos orejas. Una vez acabada la faena, Francisco Rivera salió a hombros por la puerta grande con Enrique Ponce, quien también toreó ese día.
Al terminar acudió a la enfermería y después al hotel, ya que él y su familia se desplazaron a Sevilla para dormir en casa. El hijo mayor de Paquirri llegaba por la mañana acompañado de su mujer y su hija a la localidad extremeña. Una vez instalados en el hotel aprovecharon para tomar algo en la terraza del establecimiento. A esa hora nada vaticinaba que su regreso a los ruedos sería a la vez un triunfo y un drama, y es que la cogida del toro, a pesar de no acabar en algo trágico fue un susto para
toda la familia.