Atractiva, natural, atrevida y sin pelos en la lengua: así es Jennifer Lawrence, uno de los iconos hollywoodienses actuales más demandados de la gran pantalla. A sus tan solo 25 años, y con una trayectoria profesional en pleno desarrollo, esta estadounidense ya ha logrado coronarse como el gran personaje de la parrilla cinematográfica. Esta posición que llega acompañada de mucha constancia, sacrificio y esfuerzo y que se vio impulsada gracias a su papel protagonista en 'Winter's Bone', interpretado en el año 2010 y nominado en la gala de los Oscars 2011.
Así, además, fue como se convirtió sorprendentemente en la segunda actriz más joven en recibir este alabado galardón. Por lo tanto, objetivo alcanzado. Aunque, como bien suele suceder ante este tipo de reconocimientos, esto no era nada más que el principio. Y es que lo de trabajar en el mundo de la interpretación parece ser el objetivo con el que ya soñaba desde que era una niña, si bien es cierto que en la actualidad ha acabado derivando en algún que otro quebradero de cabeza.
Su salto a la fama
Nada más y nada menos que el precio de la fama, o así es como muchos lo han querido llamar. Sea como fuere, las pruebas de su éxito no paran de evidenciar el potencial que Lawrence lleva dentro. Y como testigos de ello se encuentran largometrajes de la categoría de 'X-Men', 'La gran estafa americana', 'Joy' o la afamada saga cinematografíca de 'Los Juegos del Hambre'. Una indudable propuesta que transformó a la de Estados Unidos en una verdadera heroína y que acabó derivando en un grato aumento de admiradores, tanto fuera como dentro de la gran pantalla.
La actriz mejor pagada del mundo
Y es que si existe un claro detonante de todo esto es, sin duda alguna, la exitosa saga de 'Los Juegos del Hambre'. Cuatro cintas en total que han sabido labrar y cosechar a un gran número de fieles y que han hecho que su protagonista quede convertida en una verdadera diosa del cine. Brillante por fuera y por dentro, y esto no queda de otra manera traducido que en grandes y escalofriantes cifras monetarias. Tanto que en el último ranking de la revista Forbes, publicado el pasado mes de agosto, fue catalogada como la actriz mejor pagada del mundo en el año 2015.
Un título que no solo se ha visto reflejado en alfombras rojas de medio mundo sino que también incide en la vida personal de la artista. Vestidos de alta costura, joyas de firmas reconocidas y, como no, pinceladas y detalles de su día a día. Y como prueba de ello encontramos su espléndida vivienda, ubicada en uno de los lugares más reconocidos entre las celebrities norteamericanas: Beverly Hills. Justo al pie de las montañas de Santa Mónica, esta ciudad californiana de casi 35.000 habitantes sabe muy bien cómo atraer a los más curiosos con su peculiar encanto.
Conoce su 'humilde' morada
Zona residencial de ricos y famosos, bastaba con su alta reputación y notoriedad para encandilar a una de las figuras hollywoodienses más admiradas del momento. Y allí es donde a día de hoy se puede encontrar a la intérprete de 'Joy' disfrutando de sus momentos más íntimos y 'tranquilos'. Y decimos 'tranquilos' porque ya se sabe que todo paseo rutinario siempre llega acompañado de los paparazzi más rápidos y arriesgados. Allí es donde, desde hace dos años, retoma fuerzas para cada uno de sus trabajos.
Una casa de dos plantas que en su momento le llegó a costar 6,5 millones de euros y que cuenta con una gran dosis de belleza y pureza, tanto exterior como interior. Empezando por su jardín-recibidor, plagado de naturaleza y motivos muy coloridos. Un paseo hasta la entrada principal que a simple vista te aporta frescor y mucho romanticismo, gracias a su fuente y a su pequeño estanque. ¿Pero y qué nos encontramos dentro?
Un salón con chimenea y cómodos sofás, un comedor, una amplia cocina con salida al jardín, un gimnasio, una sala de estar con vigas de madera, una biblioteca, un despacho y cinco habitaciones con sus cinco respectivos baños son las estancias que caracterizan a este verdadero 'casoplón'. En cuanto a su decoración, destaca sobre todo la delicadeza de sus detalles y la pureza de sus colores, siendo el blanco y el beige los más empleados. Una armonía que termina rompiéndose con pinceladas rosas y moradas, protagonistas de las flores que decoran algunos de los rincones de esta casa.
Al frente de todo este trabajo decorativo se encuentra nada más y nada menos que la decoradora Rachel Aswell. Una londinense de buen gusto que ha sabido dar toques de sencillez y finura al hogar de esta joven actriz estadounidense. Y para completar los 5.500 metros cuadrados de superficie, ¿qué mejor que un jardín exterior con piscina? Por supuesto, este lugar no podía faltar tampoco en casa de Jennifer Lawrence. Un lugar idílico al que se puede acceder a través de la sala de estar o de la cocina y que caracteriza por su sobriedad y por el camino de baldosas blancas de piedra que conducen a un baño fresco y acogedor.
Vecinos de lujo
Sin embargo, y aunque en la actualidad sea Lawrence quien puede presumir de todos estos servicios, existió alguien anteriormente que pudo disfrutar de esta vivienda primero: la actriz y cantante Jessica Simpson. Y es que, en general, el famoseo en Beverly Hills está a la orden del día. No hay nada más que echar un vistazo a las mansiones que allí se pueden encontrar para imaginarnos la talla de sus correspondientes dueños. Un gusto por la apariencia que parece haberse contagiado entre compañeros de profesión y que también impregna a celebrities como Nicole Kidman y Ashton Kutcher. Habrá que preguntarles a ellos cómo es Jennifer Lawrence de vecina...