Galería: Tanatorio y funeral de Miguel Boyer
A las 12 de la mañana del 30 de septiembre tenía lugar una ceremonia en el cementerio Parque San Isidro oficiada por el padre Ángel para despedir a Miguel Boyer. Junto a él estuvo la que ha sido su mujer durante 26 años, Isabel Preysler, la madre de esta, y la hija de ambos, Ana Boyer. También acudieron los hijos y nietos de su anterior matrimonio con la ginecóloga Elena Arnedo, Laura y Miguel.
Tamara Falcó también estuvo junto a su madre y su hermana, tanto en la tarde de velatorio como en la ceremonia y entierro, así como los sobrinos de Isabel, que también han querido arropar a su tía en un día tan duro.
Numerosas personalidades acudieron a presentar sus condolencias; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, Fernando Fernández Tapias y Nuria González, Manuel Colonques, presidente de Porcelanosa, el político Josep Borrell y Maribel Yébenes entre otros.
Fernando Verdasco cruzó el Mundo para estar con Ana Boyer
El entierro fue breve y en la más estricta intimidad, se celebró en el cementerio de San Isidro, y toda la familia entró por la puerta de la ermita dando las gracias a la prensa allí congregada, Ana, que bajó la primera del coche, iba visiblemente afectada, y su novio, el tenista Fernando Verdasco, no se separó de Isabel Preysler en ningún momento, dándole incluso la mano en un bonito gesto de cariño.
La presencia de Fernando Verdasco fue incluso sorprendente. El tenista estaba en Pekín disputando un torneo. El lunes fue eliminado por el búlgaro Grigor Dimitrov por 6-1, 3-6 y 6-3, y se fue corriendo hacia España, llegando en cuanto le ha sido posible para estar con su novia y la madre de esta. También el padre y la hermana del tenista quisieron a apoyar a las Preysler en un momento tan difícil.
De quienes no ha habido ni rastro es de Chábeli y Enrique Iglesias, dos de los hijos mayores de Isabel Preysler, que viven en Estados Unidos y no han venido al funeral. Quien sí lo hizo fue Julio José Iglesias, que llegó a tiempo para consolar a su destrozada madre en unos de sus peores momentos.