Una de las cosas que le caracteriza es la calma con la que está llevando todo lo que está viviendo, y lo consigue, según dice él "siendo fiel a mi forma de ser y teniendo claro que hay cosas que nunca llegaré a hacer. Yo he procurado siempre ser una persona muy discreta, introvertida, tímida...".
Viviendo todo con naturalidad
Feliciano López está convencido de que el tiempo pone a cada uno en su sitio y la vida se lo ha demostrado, y piensa que se magnifica todo mucho, añadiendo: "No me voy a amargar porque mi matrimonio haya fracasado. Yo he hecho mucho por esa relación, porque soy una persona que no tira la toalla". Y otra de las cosas en las que ha hecho hincapié ha sido su frialdad: "Puedo parecer una persona que no exterioriza los sentimientos. Eso puede dar lugar a que la gente piense que las cosas no me importan, pero el sufrimiento uno lo lleva por dentro. Yo he sufrido por esta ruptura y, también, toda la gente que tengo a mi alrededor".
Con las ideas claras
Pese a que algunos hayan pensado lo contrario, él dice que se casó enamorado: Yo estaba muy enamorado de esa persona y convencido que el paso del matrimonio iba a ser para toda la vida. Siempre pensé que los problemas que pudieran surgir los iba a superar. Es cierto, las personas no cambian. Uno se casa, empiezan a pasar cosas e intentas poner soluciones, luchar, buscar una salida a la situación, hasta que uno se da cuenta que se casó por amor, pero no está dispuesto a ser una persona infeliz".
Aunque en el amor no le ha ido nada bien, él piensa esto: "Yo no creo en la mala suerte. Para mí todo es un aprendizaje. La vida es así. Uno se enamora de una persona, lo da todo, intenta hacerlo lo mejor que puede y no siempre sale bien. Nadie es perfecto y yo menos. Con mis virtudes y defectos he luchado por mi matrimonio y por mis relaciones siempre". Puede que no haya llegado la mujer oportuna a su vida, y lo que le ha pasado en los últimos tiempos le haya servido para mucho: "Yo creo que todo esto me va a servir para aprender, tengo la conciencia tranquila de que he hecho lo que he podido y ni me echo, ni echo a nadie, nada en cara". El tenista no cierra las puertas al amor diciendo: "La vida es muy larga y la tenemos por delante para rehacerla, ser felices y confío que, en el futuro, tanto ella como yo lo seamos".
Refugiado en su profesión
El tenis para él sin duda ha sido una terapia muy fuerte, y resulta sorprendente que no le haya hecho mella todo lo que le ha sucedido y que lo personal no le haya afectado a lo profesional. Tiene esperanzas de que todo sea un final tranquilo: "El tiempo lo cura todo. No soy para nada una persona rencorosa". Ahora tiene claro que va a estar tranquilo y que seguirá dedicándose a su vida, el tenis, durante unos añitos más hasta que llegue el momento de retirarse.