El tenista ha hablado sobre el ejemplo de su madre, así como de su preocupación por sus abuelos.
El coronavirus se convirtió en una pandemia que se ha extendido por todo el mundo, provocando un rastro de dolor y desolación. El personal sanitario está realizando una labor encomiable y ejemplar, trabajando sin descanso y a veces en condiciones no tan favorables como debería ser.
Una de esas personas que se han jugado su salud es la madre de Feliciano López, Belén Díaz-Guerra, que trabaja como enfermera en una clínica privada de Alcorcón (Madrid), y que como tantos otros, ha pasado el coronavirus. La toledana dio positivo, por lo que tuvo que quedarse en casa hasta haberse recuperado. Como señala el tenista en ABC, lo ha hecho y quiere volver al trabajo: "Mi madre, enfermera de profesión que ha superado la Covid-19 gracias a Dios, está deseando volver a su trabajo porque dice que ella ha escogido esa profesión y hacen falta muchas manos en estos momentos en su hospital".Feliciano López tiene en su madre un gran ejemplo de vida. Además, recuerda una lección que le dio cuando perdía partidos: "Cuando perdía un partido, la decepción era tremenda y ella muchas veces me decía: 'Hijo, es un partido de tenis, los dramas de verdad son los que veo yo en el hospital'", manifestó Feliciano López, que añade: "Confieso que en las derrotas más duras esas palabras me han ayudado a relativizar lo que significa perder un partido".
Preocupado por sus abuelos
Por otro lado, ha señalado que sus abuelos maternos todavía viven, que viven solos y se valen por sí mismos. Además de su madre, son ellos la principal preocupación de Feliciano López en estos momentos, aunque sin embargo sus abuelos se preocupan más por su familia que por ellos mismos: "Tengo la inmensa suerte de poder disfrutar todavía de mis dos abuelos maternos, que con 88 y 90 años viven solos y se valen por sí mismos para prácticamente todo. Durante estos días, cuando hablo con ellos, me dicen que están muy bien pero a la vez preocupados por nosotros. Qué curioso, pienso que debería ser justo al revés. Después de lo que han pasado y ahora esto... Definitivamente, nuestros abuelos están hechos de otra pasta".
Además, el tenista lamenta todas las muertes provocadas por el coronavirus, el drama de las residencias de ancianos y no olvida que España cuenta con el mayor número de sanitarios contagiados por número de habitantes. Eso sí, es consciente de que España es un gran país y que saldrá adelante.