A la estadounidense Faye Dunway desde hace años le ha acompañado la etiqueta de ser una actriz muy temperamental y con la que no es fácil lidiar. Pero parece que ahora, con una larga y más que relevante carrera profesional a sus espaldas, ese carácter le ha pasado factura. Según ha informado el medio New York Post, la actriz no ha calmado ni un poco su temperamento a lo largo de los años y ha sido despedida de una obra de teatro que iba a protagonizar en Broadway. ¿El motivo? Crear un ambiento de trabajo 'hostil' y hasta 'peligroso'.
Esta noticia llega después de que se anunciara el pasado diciembre de 2018 que la oscarizada actriz volvería a Broadway después de pasar más de tres décadas alejada de los escenarios. La obra era 'Tea at Five', y Faye Dunway daría vida al personaje protagonista Katharine Hepburn. Pero por lo que parece los productores tendrán que empezar a buscar a otra intérprete. En el comunicado oficial que han ofrecido estos últimos, tan solo se informa del final de la relación laboral entre la veterana del mundo de la interpretación y la productora de la obra teatral, aclarando únicamente que la producción llegará a Londres en 2020 con otra actriz en el papel protagonista.
Sin embargo, no han tardado en empezar a circular los rumores que afirmaban que había sido propia actriz la que se habría buscado el despedido por sus aires de arrogancia entre bambalinas. Según el periódico neoyorquino, el pasado 10 de julio incluso se vieron obligados a cancelar la obra a pocos minutos de su comienzo después de que la actriz comenzara a abofetear, golpear e incluso lanzar objetos a parte del equipo de maquillaje cuando intentaban colocarle una peluca. Pero ese no ha sido el único altercado que ha provocado la actriz ya que también llegó a lanzar una ensalada que le habían preparado para la comida durante una sesión fotográfica. Faye Dunaway tiró la ensalada al suelo diciendo que estaba cuidando de su peso y que la ensalada estaba mejor en el suelo que en sus manos.
Muy problemática
Pero no en la primera vez que monta un espectáculo de este calibre ya que siempre ha tenido fama por su mal comportamiento. Llegaba dos horas tarde a los ensayos y nunca llegó a memorizar las líneas de su personaje pese a tener el guión entre sus manos durante seis meses. La actriz trabaja con un pinganillo en su oreja a través del cual le van diciendo las frases que tiene que decir. Pero sin duda, uno de sus antojos más rocambolescos fue el de prohibir que los espectadores acudieran con ropa blanca porque según ella le distraía. Según ha informado el medio Post, la actriz estaba " emocionada por regresar a Broadway por primera vez en 37 años", pero parece que tendrá que esperar para volver a subirse de nuevo a las tablas.