Isabel Pantoja es sólo una de los últimos famosos y personalidades públicas que se están viendo en la situación de sentarse frente a un tribunal y rendir cuentas de distintos delitos. En los últimos años los delitos por corrupción, blanqueo de dinero y prevaricación son los más comunes pero la conducción temeraria, la evasión de impuestos y las drogas son otros que no sólo se limitan a nuestras fronteras, sino que afectan a todo tipo de personalidades, desde el mundo de la música al cine pasando por la política, las Casas Reales o la banca.
El caso más sonado y con más repercusión mediática en la actualidad es la predecible entrada en prisión de Isabel Pantoja, un ingreso para cumplir condena por el delito ya juzgado de blanqueo de capitales en práctica durante su relación con Julián Muñoz, lo que le puede llegar a costar dos años de cárcel y una multa sin fianza de 1,1 millones de euros.
La implicación o conocimiento por cohecho de aquellos delitos se produjeron cuando Julián Muñoz -el exalcalde de Marbella- dedicó buena parte de su cargo público al blanqueo de capital en la industria inmobiliaria y construcción en la Costa del Sol, con una deuda global de más de 27 millones de euros.
Por otro lado, la exesposa de Muñoz, Maite Zaldívar también ha sido condenada a tres años, tres meses y un día de cárcel por blanqueo de dinero continuado en el mismo caso, unas prácticas por las que además de la pena de cárcel, se le ha impuesto una sanción de 2.487.088 euros.
Una familia marcada
Otro de los casos que más expectación esta creando son la condena de Ortega Cano, viudo de Rocío Jurado y padre de los dos hijos menos de la cantante, Gloria Camila, José Fernando. El torero entró en prisión el pasado mes de abril con una condena de dos dos años y medio de cárcel por su responsabilidad en un accidente de tráfico acaecido el 28 de mayo de 2011. El extorero invadió el carril contrario y chocó con otro vehículo causando la muerte en el acto de un camarero que se dirigía a su trabajo.
La familia Ortega Mohedano no solo se ha visto ante el juez por este caso, pues su hijo José Fernando Ortega, de 21 años de edad se vio implicado en un caso múltiple con cuatro delitos: robo con violencia, robo de uso de vehículo, daños y un delito contra la Seguridad Vial. José Fernando y otros dos amigos propinaron una paliza a otro joven, robaron un coche en un club de alterne, condujo el coche robado sin carné de conducir, consumió cocaína y se salió en una curva cuando conducía el coche a 140 kilómetros por hora.
El mismo mes de abril y en la misma sala del juzgado, el juez de Instrucción número 12 de Sevilla rebajó su condena por mostrar arrepentimiento de los hechos cometidos: "Celebrábamos Halloween desde esa mañana y habíamos tomado alcohol, porros y coca", "arrepentido y avergonzado" aseguró.
En momentos de popularidad bajo mínimos
Este año y el pasado 2013, la Casa Real ha vivido turbulentos meses pues años después de la investigación judicial de la trama de corrupción Gürtel, la red saltó a las Islas Baleares con el 'Caso Nóos', una red de evasión de impuestos que afecta a la Infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarín.
El matrimonio trasladó de su residencia en Ginebra a Barcelona para mantener el contacto con sus abogados y con ello, estar al tanto personalmente del proceso judicial por el que ambos siguen imputados. Entre el entresijo de imputaciones y defensas que protagonizan la Fiscalía Anticorrupción (Estado), el juzgado de Instrucción de Palma o la Abogacía del Estado, la salvación de Cristina de Borbón sería ser la 'Doctrina Botín'.
En los casos de Isabel Pantoja y el 'Caso Nóos' o en otros anteriores como el fraude fiscal de Lola Flores o el fraude a la Seguridad Social de María José Campanario, los delitos son en su mayoría fiscales, de evasión de impuestos y blanqueo de capitales, pero en muchos otros, el delito ha sido directamente el uso de dinero público, de las arcas municipales, autonómicas o del estado para fines privados, ya sea para el uso personal de políticos como en beneficio de nuevos negocios y fundaciones relacionados con ellos. Pero además de estos casos, otros famosos y personalidades se han visto involucrados en casos de delitos que nada tienen que ver con los fondos del erario público.
La huída nunca funciona
En la mayoría de ocasiones, el imputado suele mostrar un comportamiento de asombro ante la acusación de un juez, intentando así rebajar la pena, repercusión y con ello que su 'honorabilidad' no quede en entredicho. Pero otros casos, el delito es tan evidente que la huida o el disimulo deja ver aún más el afán de eludir la justicia. Dos de los casos más evidentes fueron los de dos artistas relacionados con el mundo del flamenco, Joaquin Cortés y Farruquito.
El bailaor Joaquín Cortés fue condenado en 2010 con un año de prisión por estafa. Cortés se apropió con 700.000 euros de unos 'socios' argentinos con lo que iba a montar un negocio. La sentencia le eximió del ingreso en la cárcel por falta de antecedentes penales y tuvo que devolver el dinero a los empresarios.
El crimen de Farruquito fue además uno de los más escandalosos por la gravedad de las consecuencias. El también bailaor Juan Manuel Fernández Montoya 'Farruquito', circulaba sin carné de conducir, a 80 km/h en una calle limitada a 40 km/h y al saltarse un semáforo atropelló mortalmente al peatón Benjamín Olalla, de 35 años. En el mismo momento, y sin prestar auxilio se dio a la fuga dejando al herido en la calzada. El bailaor pagó una multa de más de 118.000 euros y fue condenado a tres años de cárcel por homicidio imprudente y omisión del deber de socorro.