Carmen Franco fallecía el 29 de diciembre a los 91 años como consecuencia de un cáncer terminal. Se fue estando rodeada de los que más la querían y en su casa, como ella misma había pedido, teniendo en cuenta que su cáncer no tenía cura y un hospital hubiera servido de poco. La única hija de Franco se fue sin miedo, como confesó en su última entrevista antes de morir.
Su familia conocía el desenlace y ha estado presente en todo momento en los últimos instantes, por eso tampoco han querido perder la oportunidad de darle un último adiós en el tanatorio donde reposaban sus restos mortales. Uno de los primeros rostros conocidos en aparecer por el lugar fue Pocholo Martínez Bordiú, que se encontraba de viaje cuando se enteró de la noticia.
Jaime y Cristóbal Martínez Bordiú fueron los otros miembros de la familia a los que se pudo ver entrando en el tanatorio, ya que Carmen Martínez Bordiú o Luis Alfonso de Borbón debieron acceder por la parte trasera. Cristóbal se reencontró con su ya exmujer José Toledo, que no dudó en acercarse a apoya a la familia en estos momentos tan tristes.
Numeros amigos de la familia también se dieron cita en la despedida, como fueron Isabel Preysler, Fiona Ferrer, Nuria Roca, Paloma Cuevas o Paloma Segrelles, entre otros. Todos vestían con un riguroso luto y se mostraban bastante compungidos ante la pérdida de Carmen Franco.
Se cumplirá su último deseo
Carmen Franco había pedido a sus hijos ser incinerada y, además, quería ser enterrada con su marido. Efectivamente, así será, cumpliendo su último deseo de vida. Los restos de Carmen Franco yacerán en el panteón que tiene la familia en el cementerio de La Almudena, donde descansará junto a su marido como ella misma quería.