Son momentos de cambios para Fabiola Martínez. Aunque se activaron las esperanzas de una posible reconciliación entre la empresaria y Bertín Osborne, lo cierto es que esa ilusión se esfumó. Ahora, Fabiola Martínez ha dejado claro que su exmarido es parte de su pasado al mudarse a una casa que tiene una relación directa con el presentador vasco Carlos Sobera.
Primera aparición de Bertín Osborne tras confirmar su separación de Fabiola MartínezMientras que su hijo mayor Kike está pasando unos días con Bertín Osborne en su casa de campo de Sevilla, Fabiola Martínez aprovechó para dar los últimos retoques a su nuevo hogar en pleno Paseo de la Castellana, donde se ha trasladado después de dejar el chalet de las afueras de Madrid que compartía con el presentador de televisión hasta la separación.
La venezolana vivirá con sus hijos en una residencia valorada en 2,5 millones de euros, cerca del estadio Santiago Bernabéu, que cuenta con 500 metros cuadrados y espacios diáfanos que facilitarán que su hijo Kike pueda moverse sin complicaciones. Además, tiene un ascensor donde entra la silla de ruedas del joven y una terraza en la que tomar el aire que ayudará a que se adapten a la perfección.
Bertín Osborne y su mujer Fabiola Martínez con su hijo Kike en la presentación de la nueva campaña de la Fundación Bertín OsborneLo más sorprendente es que ha sido Carlos Sobera quien precisamente le ha alquilado la propiedad a la ex de Bertín Osborne en régimen de alquiler, con un coste mensual de 7.000 euros. Una renta alta que correrá a cargo de su exmarido, ya que ella aun no cuenta con las ganancias suficientes a pesar de que tiene en mente muchos planes y proyectos que iniciar.
No siempre sale todo bien
Aunque ambos mantienen una estrecha relación, se trata de un vínculo comercial más que nada. El presentador de Mediaset cuenta con una inmobiliaria y se ha convertido en todo un experto en los negocios, pero no siempre ha tenido la misma suerte. Resulta que en 2016 compró junto a su mujer el teatro Reina Victoria de Madrid, en el que invirtió unos 7 millones de euros, pero dos años más tarde el también actor tuvo que venderlo.
