Llamaba especialmente la atención la vitalidad y alegría que emanaban de la hija de la Duquesa de Alba. Si bien la aristócrata había pasado por una racha nefasta desde la muerte de su madre, parece que por fin ha sacado fuerzas para recuperarse y está mucho mejor. "Es verdad que hubo una época supermala que se me juntaron muchas cosas. Me quedé en 37 kilos, pero después de ahí pasó un tiempo y ahora no me quejo para nada, estoy supercontenta", confesó.
Ni siquiera la marcha de su hija Tana Rivera a Sevilla ha borrado la sonrisa de la cara de la socialité, que asegura que habla todos los días con ella. "Ella ha ido a hacer un módulo y me ha parecido muy bien. Estamos todo el día al teléfono", explicaba. La joven ha decidido hacer las maletas para mudarse bajo el techo de su padre, Cayetano Rivera, que coincidió con de Irujo en la puesta de largo de la niña. "Hubo un buen rollo increíble, todos estábamos encantados y felices. Fue una noche muy bonita en todos los aspectos", señaló la aristócrata, dejando claro que se lleva a las mil maravillas con su exmarido.
Buenas palabras para Paquirrín
Quien también se dejó caer por la puesta de largo de Tana fue su tío, Kiko Rivera, que hace tiempo dejó aparcadas las rencillas familiares con sus hermanastros para intentar mantener una buena relación con ellos. Así, Eugenia Martínez de Irujo se deshace en halagos hacia el hijo de Isabel Pantoja, a quien notó visiblemente más delgado. "Fue encantador, yo le veo un tío superauténtico y me encanta por eso. Hace muchísimos años que yo no le veía, desde mi primera boda, o sea que imagínate", apuntó. No te pierdas el vídeo de la entrevista si quieres conocer estos y muchos otros detalles en profundidad.