No ha sido una época fácil Enrique Solís. Tras conocerse la noticia de su ruptura con Vicky Martín Berrocal después de una relación de cuatro meses, se ha visto envuelto en una disputa por un teléfono móvil. El hijo de Carmen Tello y Miguel Ángel Solís-Beaumont disfrutaba de uno momento de fiesta cuando de repente se vio envuelto en un problema legal.
Los hechos se remontan a abril de 2024, durante su estancia en la fiesta del 70 aniversario del Hotel Marbella Club. En ese momento varios agentes se personificaron en la fiesta por la denuncia de una mujer contra Enrique Solís. Según Vanitatis, en la denuncia, interpuesta en la comisaría de Marbella, se hace constar que él habría empujado a la mujer, le habría quitado el teléfono de la mano y no se lo habría querido devolver.
Concretamente, en el escrito se especifica que: " Sobre la 1:30 del 28/04/2024, cuando ella se encontraba en una fiesta en Marbella Club con su móvil en la mano grabando, se le aproximó un individuo, el cual la empuja y le arrebata el teléfono de las manos ". Ante esto, el empresario ha hablado con el citado medio y ha dado su versión de los hechos.
" Estaba sentando con unos amigos en el interior de una sala, y vi que una señora me estaba grabando. No entendí el porqué, así que me levanté y es cierto que le cogí el teléfono para borrar los vídeos, que pertenecían a mi intimidad", explicaba. Sin embargo, esos vídeos no pudieron ser borrados porque el empresario no tenía la contraseña del teléfono de la mujer.
Interceden terceras personas
En la denuncia también se dice que la mujer pidió ayuda al personal de seguridad y por eso Enrique Solís fue retenido. " Le dije al guardia de seguridad que recriminase la actitud de esta señora, que me estaba grabando y, sorpresivamente, me dijo que ella podía hacer lo que quisiera y grabar lo que se le antojara", añadió.
También aparece escrito que la denunciante pidió ayuda a Vicky Martín Berrocal, quien no se prestó a colaborar: "Finalmente, una tercera persona consigue arrebatarle el teléfono, cogiendo a su vez a la denunciante y saliendo fuera del local, donde se solicita la presencia policial ".
Sin duda, es una situación complicada y más teniendo en cuenta lo que Enrique Solís también precisa a Vanitatis: " Yo no toqué a la señora. En la vida he tenido problemas con la justicia y no se me ocurre tocar a una mujer. Soy sumamente sensato y respetuoso ". No obstante, la investigación de los hechos sigue su curso, aunque la presunta mujer agredida admite que no cree que la denuncia tenga mucho recorrido.