Parece que las esperanzas de Iker Casillas de seguir defendiendo una portería y no un banquillo siguen adelante, y no en Turquía o Italia, destinos que no son del gusto ni del de Móstoles, ni de su compañera sentimental, Sara Carbonero, sino en su querida Inglaterra.
Entre Londres y Madrid
El principal problema es económico, ya que Iker está acostumbrado a un caché al que no está dispuesto a renunciar así como así. En ese sentido, podría ayudarle el Real Madrid, que estaría dispuesto a negociar la salida del guardameta de tal forma que fuera ventajoso para ambas partes, una por la gran cantidad que se llevaría por irse, y la otra por lo que se ahorraría al no tenerle en plantilla hasta 2017.
Pero el dinero no es el único contra, ya que Casillas está acostumbrado a pugnar por la Liga y a ganarla, a hacerse con la Champions League y a mirar cara a cara a los grandes clubes europeos. Con el Tottenham se quedaría en un equipo con pocas aspiraciones, lo que tampoco gusta un pelo al mostoleño.
Por eso, se encuentra en una encrucijada. Por un lado la presión de Sara Carbonero, que ante la duda prefiere quedarse en Madrid siguiendo con su trabajo con normalidad y criando en su casa a su hijo Martín, y por otro el hecho de marcharse a un equipo de inferior categoría en el que seguramente no ganaría nada. Así que con esas, la opción de seguir en el Real Madrid no es tan descabellada.