Tamara Gorro por fin ha visto cómo su angustia ha sido calmada después de que haya conseguido reunirse con sus hijos de una vez por todas. La influencer hacía saber a través de sus redes sociales el enorme vacío que sentía al estar separada de sus niños, y no solo eso, sino que ya comenzaba a sentir preocupada por lo mal que ellos lo estaban pasando separados de sus papás.
El motivo por el que ella y Ezequiel Garay han estado separados de sus hijos tiene que ver con la salud del futbolista, puesto que dio positivo en Covid-19 y ambos acordaron que los niños viajarían a Madrid para estar con la madre de Gorro hasta que se recuperara, de modo que de esa manera estaban evitando cualquier posible contagio mientras ellos seguían en Valencia.
Pero hacer las cosas de manera responsable le jugó una mala pasada, porque se decretó el estado de alarma y con ellos que nadie pudiese salir de su casa y menos de la provincia, así que una vez que el futbolista dio negativo en coronavirus, querían reunirse pero no era posible.
Fue Tamara Gorro la que informó que quizás cabía la posibilidad de estar todos juntos, pero no lo tenía claro: "Parece ser que hay un documento que acreditaría y justificaría el que yo pudiera traerme a mis hijos. Hasta que no estemos 100% seguros, nosotros no lo vamos a hacer. Ante todo, lo que queremos es responsabilidad. Ojalá pueda ya. Necesito a mis hijos, casi no reconozco a mi Antonio". Y poco más tarde contó cómo estaba su niña: " Mi hija lo está empezando a pasar mal y una se empieza a angustiar. Ellos están fenomenal, con su abuela están de maravilla, pero mi hija lo está pasando mal".
Más que feliz con su reencuentro
Pero estos momentos de distanciamiento han llegado a su fin porque se han podido reunir como ella misma enseñaba a través de un emotivo vídeo en su cuenta de Instagram, un clip en el que se puede ver el momento del reencuentro entre los niños con sus papás. "¡¡¡POR FIN!!! Después de dos meses separados de nuestros hijos, volvemos a reencontrarnos. No tengo palabras para describir lo que siento... he pasado miedo, incertidumbre y angustia por no saber cuándo podría abrazar a mis hijos y sobre todo por ser consciente de lo mal que ya lo estaban pasando... las lágrimas de Shaila me confirman sus ganas de estar junto a nosotros... ¡Qué felicidad tan grande!", decía Gorro.