Por otro lado, ha insistido en que la pequeña ha sido muy esperada: "Ha sido deseada en la eternidad y en la Tierra", ya que era uno de los sueños que su hijo le pidió que cumpliera por él, el de ser padre, y así lo ha hecho. Los otros dos sueños que tenía también pendientes era publicar este libro y la creación de una fundación para investigar el cáncer que acabó con su vida. De esta manera se cierra el círculo, porque ya no tiene más sueños pendientes por cumplir.
Y tras mucho dolor, llantos y tristeza constante, ahora sus días tienen color y alegría. "En cada tragedia, por grande que sea, puede haber un rayito de luz", ha dicho, puesto que tras la muerte de su hija por ella ha vuelto a sonreír, dejando a un lado el luto y apostando por colores alegres, lo que quiere que sienta la niña.
La niña sabrá toda su historia
Asimismo, ha contado que para ella es importante que la pequeña conozca su historia, por eso habla cada día a Ana Sandra de su padre, aunque aún no pueda entenderlo. También pretende que en un futuro se lea el libro, si bien es cierto, no ha pensado cuándo será el mejor momento, aunque cree que podrá hacer cuando tenga unos doce o trece años, y desea que se sienta orgullosa de su padre y del libro.