La Duquesa de Alba sale del hospital acompañada de Alfonso Díez tras someterse a un chequeo médico

Mucho se ha hablado en las últimas semanas del estado de salud de la Duquesa de Alba. La preocupación por ella ha sido aún mayor desde el pasado fin de semana, cuando fue la gran ausente en la boda de Miguel, el hijo de Carmen Tello. Un enlace por el que estaba muy ilusionada. No en vano, Carmen Tello es su más fiel amiga, y ya había encargado el traje para asistir a esta celebración a sus modistos de cabecera Victorio & Lucchino.

Después de más de tres meses sin verla (cuando asistió a la inauguración del Rastrillo Nuevo Futuro), la Duquesa ha abandonado su retiro obligado en Dueñas. El motivo no ha sido otro que ingresar en el centro médico Sagrado Corazón de Sevilla con el fin de someterse a unas revisiones rutinarias, propias de su edad y de las intervenciones quirúrgicas que tuvieron que hacerle por su hidrocefalia.

Doña Cayetana ingresaba en el centro a primera hora de la mañana. Llegaba en su coche habitual, que conducía su chófer de confianza. Iba en el asiento trasero y al llegar, el personal médico, con la ayuda de Alfonso Díez, la trasladaron a una silla de ruedas para facilitarle el acceso a la clínica.

Junto a una asistente y a su inseparable marido entró en el hospital, donde estaba previsto que estuviera muy poco tiempo, el suficiente para revisar que todo está en orden y puede seguir haciendo su vida con relativa normalidad.

La salud de la Duquesa de Alba

Pocas horas después, hacia las 17:00 horas de la tarde, se podía ver de nuevo a la Duquesa, ya con el alta médica, y dispuesta a seguir con su vida en Dueñas, lejos de médicos y hospitales, al menos de momento. Mientras la Duquesa estaba en el hospital, sus hijos permanecían en Madrid, lo que indica que su ingreso no era precisamente preocupante. Todos sus hijos confían absolutamente en Alfonso y saben que si su madre está con él, pueden estar tranquilos.

Los últimos meses han sido un continuo ir y venir de informaciones sobre su salud. Las alarmas saltaron cuando Cayetana y Alfonso decidieron aplazar un viaje que tenían previsto a Nueva York, con el que celebrarían su aniversario de bodas. Pero una gripe que no se terminaba de curar y que se complicó con un virus estomacal hizo que la Duquesa estuviera más tiempo del previsto en el Palacio de las Dueñas, en un retiro obligado que no era precisamente la situación que más agrada a la aristócrata.