No obstante, y como buen profesional, uno debe aprender y adaptarse a vivir con ello, con sus más y con sus menos. Y por supuesto, tanto los amigos y la familia como los respectivos hogares suele ser siempre los mejores aliados para sobrellevar toda esta amalgama de emociones. Así, no es de extrañar que actores, presentadores, cantantes y toda clase de celebrities es no dejen ni un solo momento de sorprendernos con sus particulares y especiales refugios hogareños.
Y Uma Thurman parece ser también una de ella. Así, la de Boston ha terminado convirtiéndose en una de las últimas incorporaciones a esta interminable lista de continuas mudanzas. Ya sea por cuestiones de trabajo o por puro capricho, lo cierto es que la actiz de 'Pulp Fiction' ha decidido cerrar las puertas de su impresionante apartamento de Nueva York para poner rumbo a otro destino diferente.
En un entorno privilegiado y exclusivo
De esta forma, y a pesar de que se desconozcan los motivos principales que han llevado a Thurman a tomar esta decisión, lo que sí que hay que admitir es que resulta difícil encontrar razones que hagan a uno dejar definitivamente esta vivienda. Para empezar, su ubicación, pudiendo contemplar una de las maravillas neoyorquinas desde sus propios ventanales.
Nada más y nada menos que Gramercy Park, un pequeño rincón donde el color verde se convierte en el único protagonista de la escena y donde la privacidad y la exclusividad también se encuentran a la orden del día. Allí, rodeada de una tranquilidad merecida y a poca distancia de los lugares más emblemáticos de la ciudad, es donde la intérprete ha podido relajarse tras intensas jornadas de grabación.
Un auténtico tesoro de la construcción en el que la estadounidense ha residido desde el año 2006 y en el que ha logrado establecer y desarrollar sus dotes y gustos más especiales. Hasta ahora. A partir de entonces, su nuevo comprador podrá experimentar, en primera persona, lo que una actriz de cine de la talla de Uma Thurman ha conseguido formar y desarrollar durante estos últimos 10 años de su vida.
Y entre todo ello se encuentra, por supuesto, los diversos cambios y transformaciones que este dúlplex ha ido adquiriendo a lo largo de toda su historia. Al menos, junto a esta estrella de cine, con quien ha visto variar su estructura en más de una ocasión. Primero, amoldándose a una reforma que duró, en total, cinco años; y la segunda, realizada en el año 2012, con una obra en la que se acabó agrandando aún más su extensión.
Clásico y minimalista
¿De qué forma? Uniendo dicho apartamento con el de al lado, por el que Thurman pagó nada más y nada menos que la cantidad de 1.4 millones de dólares. Un precio que acompañaba a los 2.6 millones iniciales por los que la actriz adquiría el piso en 2006 y cuya venta a día de hoy se establece en 5.7 millones de dólares. En total, casi 2 millones de beneficios por vivir al más puro estilo de estrella de Hollywood.
Y hay que decir que todo lo que este dúplex guarda y custodia entre sus paredes es digno de ser realmente admirado. Todo, como no, obra de la intérprete de 'Kill Bill', quien a lo largo de todos los años vividos en dicho domicilio se ha encargado de decorarlo y amoldarlo completamente a sus gustos y requisitos estéticos . Primero, por supuesto, amplificación su ya de por sí extenso espacio y, más tarde, haciendo que cada uno de sus rincones se cubra de una magia y una perfección impecable.
De esta forma, adentrándonos en aquello que un día terminó por lanzar el flechazo entre Thurman y su tan acogedor hogar, resulta cuanto menos llamativo el tratamiento y la presencia que la actriz otorga a todo lo clásico y minimalista en su vivienda de Nueva York. Una ausencia de tonalidades llamativas y ornamentos recargados que dejan paso a los detalles sencillos, elegantes y románticos.
Empezando por el protagonismo y casi autoridad del color blanco, el cual se plasma tanto en paredes como en prácticamente todo el inmobiliario del dúplex de Thurman. Una monotonía que se lleva a cabo a lo largo de todas las estancias de la casa y que llega incluso a proporcionar una serenidad placentera a quienes disfrutan de su presencia. Desde su clásico y casi austero comedor a su moderna cocina, donde los muebles parecen incluso fundirse con la armonía de sus paredes.
Por su parte, además de la simplicidad y belleza, parece que incluso la perfección acaba haciendo presencia en el recibidor de la vivienda, donde dos espejos y dos sillones flanquen la escalera que conduce al piso superior del dúplex. Alli, siete dormitorios con vestidor -donde pequeñas notas de color entran en juego-, tres cuartos de baño completos decorados en mármol y un baño turco ponen el broche final a una vivienda de diez.