Desde que salió la noticia de que la Universidad Autónoma de Madrid había creado para el curso 2018/2019 un máster que enseñaba a ser influencer, impartido por la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, la polémica está servida. Influencers españolas como Dulceida o Laura Escanes han cargado contra el nuevo curso y se han posicionado en contra.
La mujer de Risto ha calificado al máster de "engaño" y lo ha tachado como un mecanismo más de lucrarse de los jóvenes que desean ser influencers. Además, también ha expresado que los que necesitan el curso son los responsables de las marcas que los patrocinan, para que entendieran mejor el funcionamiento de las redes sociales, de los personajes públicos como ellos o de la publicidad.
Dulceida ha sido más tajante aún y ha querido dejar claro desde el primer momento que no tiene nada que ver con el máster. Para su posicionamiento contra el máster ha remitido a los argumentos que ha utilizado otro influencer, Roi Sastre, defendiendo básicamente que "uno no decide ser influencer, es tu público quien te convierte en influencer". Es algo contradictorio que Dulceida haya reaccionado de esta manera a la noticia cuando ella, hace un par de años, fue una de las coach de 'Quiero Ser', un reality show que buscaba nuevos influencers. Quizá una de las causas de este posicionamiento sea que no quiera más competencia en el mercado o por miedo a ser desbancada como reina de Instagram.
Ser influencer está de moda
El máster, que comenzará en octubre y terminará a finales de abril, enseñará a los aspirantes a influencers a tener nociones básicas de moda, estilismo, comunicación y psicología. Ser a día de hoy un personaje público se ha convertido en un gran negocio y es normal que muchos jóvenes quieran dedicarse a eso. Los influencers se dedican a viajar por todos los rincones del mundo y a asistir a los eventos más importantes a nivel nacional internacional. Y, por si fuera poco, solo por subir una foto a su perfil pueden ganar más de 15.000 euros.
Hijas de famosos como Anita Matamoros o Alejandra Rubio, ambas con apenas 18 años, ya se han subido al carro de ser personajes públicos solo por ser hijas de quienes son, y esto molesta a las personas que se han ganado la fama desde el anonimato, como es el caso de Dulceida, por su personalidad.