"No me podía quedar callada. Esta semana la burbuja ha explotado y nos hemos enfrentado a la realidad más cruda, esa que no queremos ver", escribía la propia Aida Domenech en un post de Instagram junto a un vídeo en el que ella misma exponía lo que había ocurrido. ¿Y qué había ocurrido? La lesbofobia y misogínia que había despertado su embarazo. "Después de dar la mejor noticia del mundo he tenido que estar leyendo comentarios asquerosos, retrógrados de energúmenos que no saben que hay todo tipo de familias. Me imagina recibir algún comentario así, pero no el nivel", reconocía.
La influencer y empresaria exponía algunos de esos comentarios: "Ese niño está esperando a tener un padre, o sea, una familia normal y completa", "Estoy harta de este tipo de personas que quieren ver el mundo patas arriba. ¿Dónde está el padre? Esto deberían ya prohibirlo", "A la Dulceida esta le metía una follada que la dejaba preñada en condiciones y como Dios manda", "Imagínate ser el hijo/hija de Dulceida y crecer sin una figura paterna. Vida jodida desde el segundo 1", "Arriba el que puso la semila y arriba el patriarcado", "Cuando se normaliza lo anormal... La familia empieza por un madre y una madre que, además, conciben de una forma natural, no con una pipeta"... son solo algunos de ellos.
"Queridos señores, un donante de semen no es un padre"
Una serie de ataques algunos de ellos muy graves con una menor que todavía se está gestando y expone los peligros a los que realmente sí podría exponerse en un futuro y que en ningún de los casos pasan por tener dos madre: "Lo realmente preocupante es que estos niños se tengan que cruzar alguna vez en su vida con esta gente tan intolerante", dejando claro que a ese niño, niña o niñe nunca le va a faltar de nada en su núcleo familiar: "Vamos a crear una familia preciosa y ojalá todas estas personas les dieran la mitad del amor que nosotras le vamos a dar y que hemos recibido. Estamos aquí para cambiar el mundo los que vivimos desde la libertad y el respeto".